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Divulgación económica

Endeudamiento y compras compulsivas, los principales problemas de los adolescentes con el dinero

La falta de conocimientos en educación financiera en la adolescencia repercute en su futuro, advierten los expertos

Promover el ahorro desde niños, una de las claves. Shutterstock

Conocer el funcionamiento de las tarjetas bancarias, entender los mecanismos de una hipoteca o simplemente aprender a elaborar un pequeño presupuesto con vistas a ahorrar. Tareas que a muchos adolescentes y jóvenes españoles les resultan de gran dificultad. En general, importantes segmentos de la población española presentan un debe en materia de educación financiera, pero el déficit de conocimientos en la juventud preocupa especialmente a los expertos, que abogan por promover un interés crítico por estas cuestiones desde edades tempranas.

El informe PISA de 2015 situó a España en el décimo puesto en conocimientos de entre un total de 15 participantes

El informe PISA de 2015 sobre divulgación financiera distingue cinco niveles -del 1 al 5-, que califican de menor a mayor el número y la calidad de conocimientos de jóvenes de 15 años. Según el estudio, el 25% de los participantes españoles no alcanzaron el nivel 2, que establece un "mínimo requerido de educación financiera" para participar en la sociedad. La media de la OCDE queda en el 22%. Además, España queda por debajo de los países del entorno europeo. De los 15 países que tomaron parte en el informe PISA, España ocupó el décimo puesto.

"El dinero es el último tabú de nuestra sociedad. Se habla poco de él y eso hace que luego se tengan menos competencias para tomar buenas decisiones", dice Jordi Martínez Llorente, director del departamento de Educación del Instituto de Estudios Financieros (IEF) y autor del libro 'Finanzas para frikis'. Los expertos aseguran que el dinero no forma parte de la conversación cotidiana en la familia y la escuela, los dos núcleos básicos a nivel educativo para niños y adolescentes. Y eso tiene repercusiones en el futuro, cuando llega el momento de entender una nómina, comprender una factura o adquirir un plan de seguros.

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"Lo cierto es que las cosas no se aprenden hasta que no estás sobre el terreno. En España, se aprende de hipotecas cuando se empieza a buscar piso", dice Manuel Pardos, presidente de ADICAE, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros, que se muestra escéptico con las lecciones extraídas por la sociedad en general tras la recesión de la última década. ADICAE ha publicado en su página web diversos manuales de educación financiera destinados a todo tipo de públicos. En términos generales, la necesidad de una divulgación financiera gana peso en la sociedad e incluso el PP ha solicitado introducir por ley contenidos de este tipo en los curriculum escolares desde los cinco años y hasta acabar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Actualmente, los contenidos en esta materia quedan reducidos a lo que se dedique a ellos en las clases de la asignatura de Economía en la ESO.

¿Somos más conscientes ahora, tras la crisis, del valor del ahorro? José Luis Martínez, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB) tiene una opinión parecida. "Llama la atención que el nivel de educación financiera sea bajo pese a la inquietud por los temas financieros debido a la crisis. Es un pilar básico para el bienestar de la sociedad", apunta el portavoz de la patronal bancaria, que junto a la Fundación Junior Achievement coordina el programa 'Tus finanzas, tu futuro', un espacio de formación impartido en centros de educación secundaria por voluntarios de las entidades asociadas a la AEB.

Los expertos recalcan la importancia de inculcar hábitos de ahorro desde edades tempranas. Shutterstock

Jordi Martínez Llorente, del Instituto de Estudios Financieros, lo tiene claro. "Antes de enseñarles a gestionar el dinero, hay que enseñarles lo que cuesta conseguirlo. Las cosas cuestan dinero, y el dinero cuesta esfuerzo", apunta sobre la educación de los niños, mientras que para los adolescentes, cuyo nivel de gastos se ha incrementado con la proliferación de las nuevas tecnologías, recomienda trasladarles dos preguntas antes de saber si pueden comprar ese objeto de deseo que ansían, como un móvil u otro dispositivo electrónico: "¿Quiero y necesito eso?". "Es importante que los padres ayuden a sus hijos a aplazar gratificaciones. Por ejemplo, pueden darles un poco de dinero para ayudarles a analizar la diferencia entre necesidad y deseo, y aprender así que consecuencias pueden tener decisiones precipitadas de gasto", añade el portavoz de la AEB.

El endeudamiento por intereses en la compra a plazos o los gastos disparados por consumo de aplicaciones tecnológicas en móviles o tabletas son dos de las tesituras a las que muchos adolescentes tienen que hacer frente. Manuel Pardos, de ADICAE, subraya la importancia de "una compra no compulsiva ni manipulada, sino comparativa", un consejo que recomienda aplicar también a la adquisición de productos financieros. En este sentido, reivindica una educación "crítica" y no jerárquica, y se muestra dudoso con respecto a los métodos y contenidos de los programas de divulgación financiera de los bancos, ya que en su opinión se reducen a fines de "marketing" y están destinados a "educar futuros clientes".

El endeudamiento y las compras compulsivas son dos de los problemas habituales entre muchos adolescentes a la hora de gestionar su dinero

"Tener una formación financiera nos permite un mayor control sobre nuestra vida financiera y nos ayuda a estar mejor preparados para afrontar posibles dificultades e imprevistos", indica el portavoz de la AEB. "Una educación crítica es importante para no hacer tonterías con el dinero. Se debería empezar en la adolescencia, abriendo una cartilla con pequeños ahorros y animando al joven a que se fije y compare los rendimientos de los intereses", dice el presidente de ADICAE. O tal vez recurrir a los métodos tradicionales, que rara vez fallan. "Las abuelas, al hacer un presupuesto semanal, siempre separaban el dinero que tenían en distintos sobres o cajas. Y siempre fue muy útil", concluye el responsable del Instituto de Estudios Financieros.

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