El AVE Madrid-Galicia inicia la próxima semana su recorrido -aunque limitado solo a Ourense- tras años de demora, culminando las obras de una vía que en territorio gallego será de "altas prestaciones", aunque el antiguo presidente gallego Manuel Fraga la consideró "sinónimo" de alta velocidad.

En abril de 2000 Fraga se comprometió a poner trenes para viajar desde las principales ciudades gallegas a Madrid en un máximo de cuatro horas y media, y a partir de 2007, un plazo que se ha ido alargando durante más de una década.

El presidente en esa época del operador Renfe, Miguel Corsini, ya advirtió de que el trazado a construir no era de "alta velocidad" propiamente dicha, sino de "altas prestaciones", a lo que Fraga se apresuró a afirmar que eso era un "sinónimo".

Desde entonces, la narrativa de algunos políticos ha seguido esa vía de equiparar el AVE, que únicamente llegará a Ourense por motivos técnicos y presupuestarios, a otros trenes como el Alvia, Avant o los futuros Avril, que circularán entre Madrid y las demás ciudades gallegas pero a velocidad inferior.

Aunque el viaje de Madrid se reducirá ampliamente, para llegar en un tiempo de 2 horas y 15 minutos a Ourense, con el AVE; en los otros trenes el trayecto será de 3 horas y 15 minutos hasta Santiago de Compostela, de 3 horas y 30 minutos hasta A Coruña y de 4 horas y 15 minutos hasta Vigo, según los horarios que comercializa Renfe hasta finales de este año.

Antes de ser presidente de la Xunta, el economista Emilio Pérez Touriño observó en junio de 2000 la doble necesidad de especificar el ancho de vía del nuevo trazado del ferrocarril gallego y aclarar por qué "primero le llaman de alta velocidad y después de altas prestaciones". Touriño opinaba que "cualquier tren que pase de tres horas" en el recorrido a Galicia "nos aleja de lograr un transporte de viajeros alternativo al avión" y cuestionaba que el recorrido Madrid-Vigo fuese en cuatro horas, cuando el AVE Madrid-Sevilla, de una distancia semejante, era en "tan sólo dos horas y cuarto".

Poco después, en enero de 2001 el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, aseguró que la red de alta velocidad ferroviaria gallega tendría "velocidades medias similares o superiores al AVE" andaluz, y que el trayecto Madrid-Santiago de Compostela "se hará con la misma velocidad media que el Madrid-Sevilla".

El trazado inicial proyectado en 2003 preveía construir la línea entre Zamora y Santiago de Compostela con ancho de vía internacional (1,43 metros), pero las modificaciones posteriores llevaron a establecer a partir de Ourense el ancho ibérico (1,67 metros) de manera provisional, que impide al AVE llegar al resto de Galicia.

Avril, en funcionamiento en 2022

Por su parte, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha asegurado que confía en que los trenes Avril que permitirán prolongar el AVE a las ciudades de A Coruña, Pontevedra, Santiago y Vigo estén en funcionamiento "durante" el año 2022.

Así lo ha señalado en una entrevista concedida a la Cadena Ser, recogida por Europa Press, en la que sostiene que la fecha concreta aún no se puede detallar toda vez que se trabaja en el "proceso de homologación" para que estos vehículos se pongan en funcionamiento "con todas las condiciones de seguridad y fiabilidad".

En su intervención, la ministra ha calificado de "momento histórico" la inauguración este lunes del AVE a Galicia, "un proyecto de país" que "ejemplifica la buena política". Además, ha recordado que el primer día "se vendieron más de 60.000 billetes con destino o origen Galicia", un hecho que considera que es "indicador del éxito que va a tener" esta línea y de su "demandad". "Podemos tener expectativas muy satisfactorias", ha celebrado.

El AVE ya une Galicia y Madrid. Lavandeira jr

Las dudas de Feijóo

El conselleiro de Política Territorial del Gobierno gallego en 2005 y actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, preguntó inicialmente "qué quiere decir vías de altas prestaciones, si esto es un AVE, como estaba previsto, o es una disminución de las prestaciones de los tiempos de conexión del AVE" Madrid-Galicia.

Unos días después, la ministra de Fomento de aquel tiempo, Magdalena Álvarez, aseguró que "cuando hablamos de altas prestaciones, estamos hablando de alta velocidad" y dijo que ese término puede incluir algunas características adicionales como el sistema de señalización o el ancho de la vía que, en el caso de Galicia "va a ser europeo", dijo.

Feijóo un mes después subrayó que el término "altas prestaciones" utilizado por el Ministerio de Fomento no tiene "refrendo legal" y expresó sus "serias dudas" de que los trenes pudieran circular por las nuevas líneas a 300 kilómetros por hora y lograr "tiempos inferiores a tres horas" entre las ciudades gallegas y Madrid.

Cuando alcanzó el liderazgo en el PPdeG, Feijóo, en febrero de 2008, se comprometió incluso a construir una red de alta velocidad con Galicia "de verdad" y no la red de "altas prestaciones" anunciada entre las ciudades gallegas.

Al hilo de ello, el entonces ministro de Fomento José Blanco decidió poco después cambiar el trazado hasta Ourense para aumentar la velocidad de una media de 200 kilómetros por hora hasta alcanzar 300 km/h y hacer otras modificaciones que han permitido al AVE llegar finalmente a esa ciudad, no al resto de Galicia.

Construir un trazado de ancho internacional podría haber costado unos cuantos cientos de millones más al erario público, pero sobre todo prolongar todavía más un trazado que llega con una década y media de retraso al proyecto inicial.

Grandes interrogantes

El proyecto ahora concluido deja sin embargo dos grandes interrogantes, el primero sobre la compatibilidad de la red gallega con el futuro proyecto de un tren de alta velocidad entre Galicia y el norte de Portugal, ya que en los planes de los gobiernos de Lisboa y Madrid ha prevalecido siempre la intención de aplicar un ancho de vía europeo o internacional.

El segundo es sobre la viabilidad futura de los tres aeropuertos gallegos, en base a la experiencia de otras zonas en las que el tráfico aéreo ha caído enormemente en trayectos inferiores al medio millar de kilómetros, hecho agravado además en Galicia por la competencia y la fuerte atracción ejercida por el de Oporto.

El rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajarán a Galicia este lunes, día 20, para inaugurar el trayecto Madrid-Ourense, que comenzará a operar al día siguiente, martes 21.

Con la puesta en marcha de la línea se completa la conexión en la que el Estado ha invertido más de 9.000 millones de euros en los últimos dieciséis años, según datos del Ministerio de Transportes.