Si la anterior crisis de 2008 hundió el sector, con un recorte de ventas de alrededor del 70%, la actual crisis derivada del covid-19 ha resultado todo un revulsivo para el mercado náutico. El ahorro generado en la pandemia, la posibilidad de disfrutar del mar sin aglomeraciones o el efecto «carpe diem» que ha provocado en muchos ciudadanos esta situación ha llevado a que las ventas de embarcaciones de recreo se hayan disparado alrededor de un 32% en todo el país, y hasta un 57,4% en el caso de la Comunidad Valenciana, de acuerdo con los datos difundidos este martes por la Asociación Nacional de Empresas Náuticas.
En el caso de la autonomía, se ha pasado de 609 matriculaciones a 959, lo que supone el 13,3% del mercado nacional, que cerró el ejercicio por encima de las 7.000 matriculaciones -7.178- por primera vez desde que estalló la burbuja inmobiliaria.
En este sentido, lo cierto es que la demanda llegó a desbordar a los fabricantes, hasta el punto de que a principios de este año la mayoría de concesionarios se habían quedado sin stock y daban fecha para un mínimo de seis meses. Una situación a la que muchos empresarios no podían dar crédito.
Del total de matriculaciones del año pasado a nivel nacional, un 72% se corresponden con compras efectuadas por ciudadanos particulares, frente a un 28% que fueron para servicios de «chárter», es decir, para alquileres o escuelas náuticas y similares. El aumento de ventas se produjo, además, en todas las esloras, aunque los más elevados se registraron en las esloras medias, de entre 6 y 8 metros y de 8 a 12. Eso sí, crecieron más los barcos (+47,9% a nivel nacional) que las motos (+13,5%).
