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Eficacia empresarial centenaria

EFICACIA EMPRESARIAL CENTENARIA

Felicidades a la Cámara de Comercio y a AEFA, que, junto a la Diputación y a Cajamar, con sumo acierto, han reanudado esta loable iniciativa de reconocer, nada más y nada menos, al centenar de empresas centenarias de la provincia y ¡cómo no! dar la enhorabuena a éstas por alcanzar esta magna cifra, de gran significación y ejemplo para la economía de nuestro territorio.

Sin duda, tienen mucho mérito las empresas familiares porque, tanto en épocas de crisis como de prosperidad, vienen generando la riqueza de un país y la gran mayoría del empleo privado. Y todo ello enfrentándose a una doble problemática de existencia: la empresarial (común, por el hecho de competir en los mercados) y la familiar (especial, por la peculiaridad que se puede derivar de su estructura accionarial, directiva y organizativa); riesgos de identidad existenciales que obviamente han sabido gestionar a la vez en ambas dimensiones, para afrontar los retos de cada familia empresaria y facilitar la consecución de sus objetivos.

Y, encima, últimamente tras sobrevivir a uno de los periodos de mayor complejidad e incertidumbre que cabe recordar, por la cruda realidad de una pandemia que ha originado un escenario inédito para la sociedad en todo el planeta, provocando que las personas y las organizaciones estén enfrentándose a uno de los mayores retos sociales y empresariales de la historia, para hacer compatible la supervivencia de las empresas con la del entorno social.

No obstante, estas empresas familiares centenarias vienen demostrando una gran agilidad en sus decisiones y en la implantación de planes de contingencia, para todos los factores (económicos, financieros, laborales, productivos, comerciales, tecnológicos, sociales, administrativos...); haciendo ostensible su acierto durable y vocación de permanencia, garantizando así su supervivencia como meta fundamental, por encima de los objetivos económico-financieros más propios del resto de empresas no familiares.

Todo ello, si cabe, con mayor determinación y rapidez que nunca, tomando decisiones, tanto de carácter preventivo (con la visión de las anteriores crisis superadas) como de tratamiento paliativo y reconfigurador (para poder sobrevivir a las circunstancias concretas y a los nuevos contextos emergentes); luciendo una gran voluntad y capacidad de adaptación ante entornos cambiantes, con enfoques innovadores para poder subsistir en el presente y contribuir mejor a la sostenibilidad futura de la firma.

Muchos estudios ponen de manifiesto las características que tienen las empresas que más años y trayectoria vital positiva atesoran, por supuesto destacando las firmas familiares, o mejor dicho por aprovechar estratégicamente las singularidades más idóneas derivadas de su ADN peculiar en un modelo de convivencia intergeneracional, como ejemplo de compromiso, responsabilidad y sostenibilidad hacia el futuro.

Asumiendo lo anterior, y tras lograr hacer compatibles las dimensiones familiares y las empresariales, comparativamente los factores que determinan o pueden explicarnos el éxito de estas empresas centenarias son de naturaleza diversa, aunque pueden agruparse en cinco aspectos genuinos:

Estratégicos: orientación a largo plazo y fundamentada en la posesión de unas ventajas competitivas diferenciales, apoyadas sobre recursos y capacidades singulares que, además, son difíciles de imitar.

Tácticos: apuesta por la formación continua, profesionalización, cualificación tecnológica, financiación estable (propia y externa) y la sostenibilidad en su triple acepción: económica, social y medioambiental.

Actitudinales: inteligencia emocional conjunta destacando una capacidad de resiliencia y adaptación contingente junto a una flexibilidad de actuación y agilidad en la toma de decisiones corporativas y operacionales.

Conductuales: compromiso por la creación de valor, con gran sensibilidad hacia los grupos de interés más directos/próximos (especialmente recursos humanos y clientes) y vinculación con el entorno y, sobre todo, con la comunidad local.

Familiares: vocación de transcender y de permanencia en el futuro, con implantación de protocolos de actuación eficaces y planes de sucesión estructurados para garantizar la continuidad de las generaciones futuras.

En definitiva, una buena mezcla de tradición e innovación con fuertes valores compartidos, para hacer compatibles la explotación del día a día junto a la exploración de oportunidades estratégicas a largo plazo.

Un mero repaso a las empresas incluidas en este distintivo club, que les animo a consultar, pone de manifiesto que hay de muy diversos sectores y tamaños, evidenciando las bondades de un tejido socioeconómico muy peculiar como el de la provincia de Alicante, en el que confluyen características muy diferenciales que otorgan potencialidades favorecedoras y sinergias diversas como son: localización, arraigo, tradiciones, recursos naturales, clima, espíritu emprendedor, cultura, costumbres… En resumen: contamos con más de un centenar de empresas centenarias, tanto agrícolas como industriales y de servicios, que han logrado crecer y consolidarse en nuestro territorio. ¡¡¡ Alguien da más !!!

Así, detrás de estas instituciones, al igual que detrás de estas empresas centenarias, hay personas que han sabido estar en cada momento a la altura que tocaba. Enhorabuena por el ejemplo y a por más ediciones, que seguro habrá otras muchas empresas familiares deseándolo.

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