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Los ERTE y el ahorro contienen los empeños

Los montes de piedad constatan un menor aumento de actividad que en crisis anteriores

Una de las empleadas de El Monte de Montemadrid. | Rafa Arjones

La crisis derivada de la pandemia ha provocado una de las mayores caídas del PIB en un solo año de toda la historia. Sin embargo, todo apunta a que las economías domésticas han podido aguantar el tirón mejor que en otras ocasiones. El denominado escudo social puesto en marcha por el Gobierno -con los ERTE a la cabeza- y la reducción del gasto que ha supuesto la limitación de la vida social han permitido a la mayoría de familias capear el temporal sin necesidad de endeudarse más.

La mejor prueba está en los montes de piedad, los establecimientos que permiten obtener microcréditos casi inmediatos mediante el empeño de joyas, que apenas han visto aumentar su actividad durante este año, a diferencia de lo ocurrido en crisis anteriores. Así lo constatan los responsables de los dos establecimientos de este tipo que existen en la provincia: El Monte, perteneciente a la Fundación Montemadrid, y CrediMonte, propiedad de la Fundación Bancaja.

En el primer caso, aseguran que el número de clientes en Alicante apenas ha subido un 0,97% en lo que va de año y que el valor de las operaciones incluso ha descendido ligeramente, un 1,45%. Por su parte, desde la entidad valenciana apuntan también a un aumento más bien modesto de su actividad, de alrededor de un 4%.

«En general, se ha detectado menos impacto de esta crisis respecto a la de 2010. En la actual, derivada de la pandemia, ha habido una fuerte tendencia al ahorro en los hogares españoles y menos tensión de liquidez», explican desde CrediMonte. Algo que también corrobora el director de la red de Montes de la Fundación MonteMadrid, Santiago Gil, que recuerda las ayudas y subvenciones que han existido, lo que, «unido a un menor gasto de muchas familias, ha hecho que las economías domésticas, sobre todo las más modestas, hayan tenido menos necesidad de recurrir al crédito».

El local de Credimonte en Alicante Activos

Origen de las cajas

Los montes de piedad aparecieron en el siglo XIX para solucionar los problemas de financiación de las clases populares, a las que no atendía la gran banca de entonces, y fueron el origen de las cajas de ahorros. En la provincia de Alicante, el primero fue el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy, que se constituyó en 1875 y que, tras numerosas fusiones, acabó dando lugar a la CAM. Sin embargo, a diferencia de otras cajas, que conservaron este servicio, la entidad alicantina acabó cerrándolo en los años ochenta.

Con el hundimiento del sector, las fundaciones que heredaron su Obra Social apostaron por potenciar de nuevo los montes de piedad al convertirse en su principal fuente de ingresos. De esta forma, en 2015 primero abrió en Alicante la delegación de El Monte, de Montemadrid, y poco después lo hizo el de Bancaja.

Según apuntan desde esta última entidad, el perfil mayoritario del cliente que recurre a estos microcréditos es el de una mujer, en el 70% de los casos, aunque el porcentaje de hombres va subiendo progresivamente, y en tres años ha pasado del 26,3% al 30%. La horquilla de edad con más presencia entre sus usuarios es la de 51 a 65 años, con el 35,1% del total. Sin embargo, desde CrediMonte apuntan a cierto rejuvenecimiento de la clientela, de forma que el grupo de entre 36 y 50 años ya supone el 28,31% y supera al de mayores de 65 años (28%).

En cuanto al importe medio de las operaciones, ronda los 650 euros, según El Monte, por los que se pagan unos intereses que oscilan entre el 5% y el 8,25% anual, algo por debajo de lo que ofrecen las entidades financieras para los créditos personales.

La mayoría de los usuarios de estas entidades son mujeres, con edades de entre 51 y 65 años.

Su principal ventaja es la inmediatez de los préstamos, que se consiguen simplemente a cambio de dejar en prenda una joya. El plazo suele ser de un año, que se puede ir renovando, y, según afirman las entidades, alrededor el 97% de los clientes logran devolver el dinero y recuperar sus joyas.

En cuanto al destino del dinero, desde Montemadrid señalan que se dan situaciones de todo tipo: «Desde autónomos que tienen que hacer frente a la declaración trimestral -para los que se han diseñado créditos especiales- a amas de casa que tiene un imprevisto porque toca pintar el salón o estudiantes que tienen que hacer frente a la matrícula del curso», aseguran.

En cuanto a la procedencia, en el caso de Alicante, desde esta entidad señalan que la mayoría de los usuarios son españoles, seguidos muy de lejos por ecuatorianos y colombianos.

Por lo general, estas entidades admiten como prenda joyas de oro o platino, diamantes, piedras preciosas engastadas en joyas, relojes, monedas y lingotes de oro, así como cualquier objeto realizado con materiales preciosos.

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