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Un empujón extra para subir la cuesta de enero

Muchas familias tiran de préstamos para obtener liquidez. Las sumas más comunes están entre los 12.000

Cartel de publicidad de préstamos personales en una entidad bancaria | Activos

Los gastos navideños traen consigo cada año la famosa cuesta de enero. Una pendiente que se prevé mucho más empinada en este recién estrenado 2022 debido a la escalada de los precios de la energía, los alimentos, el carburante, el transporte… España cerró 2021 con una inflación del 6,5%, su nivel más alto en 29 años, debido principalmente al encarecimiento de la energía.

Unido a la falta de educación financiera, según recalcan desde Acierto.com, muchas familias viven estos primeros meses de 2022 con un ahogo económico que les puede llevar a recurrir a productos financieros, como pueden ser los préstamos, para obtener liquidez extra ante el exceso de gastos.

Enero y febrero son meses en los que los bancos «tienden a ofertar productos más caros, como son las tarjetas personales o los microcréditos, aunque también crecen los préstamos personales rápidos de cantidades superiores», asegura Antonio Gallardo, experto de Banqmi, el comparador financiero de iAhorro. En este aspecto, las cantidades más comunes que los españoles piden al contratar este tipo de créditos están entre los 12.000 y los 15.000 euros.

La adquisición de un nuevo vehículo o realizar una reforma en la vivienda son las principales razones por las que los españoles piden un préstamo personal a lo largo de su vida, pero ya antes de la pandemia han ido ganado terreno otras razones como estudiar o viajar. Además, en los últimos años, «los ciudadanos se han vuelto a decantar por pedir algo más de dinero para tesorería o reunificación de deudas», añade Gallardo.

A juicio de este experto, los préstamos personales pueden ser un buen producto para cubrir un desequilibrio económico temporal. Aunque advierte de que hay que tener en cuenta que «el riesgo es que, muchas veces, se tienden a cubrir los pagos durante un tiempo y luego no se pueden afrontar ni la nueva cuota ni otros gastos». Además, recuerda, «financiar tiene un coste». Y ese coste son los intereses que cobra el banco por prestar ese dinero. Aunque es cierto que en la actualidad la mayor parte de la oferta ofrecida por las principales entidades tiene una TAE por debajo de la media que, según los últimos datos del Banco de España en noviembre se situaba en el 6,87%, no quita para que sigan siendo «caros».

De los productos ofrecidos por las seis principales entidades bancarias, el Préstamo Rápido Online del BBVA para nuevos clientes que domicilien la nómina o la pensión es el más barato con un 3,98% TAE. En el caso de no cumplir con esta última condición de llevar los ingresos al banco, la tasa asciende al 5,02%. En este caso, por ejemplo, para pedir 15.000 euros al BBVA y que las mensualidades sean asequibles (alrededor de 300 euros) es necesario pagar en cuatro años. Con este tiempo y el tipo de interés más barato, el cliente terminaría devolviendo al banco 16.243 euros.

Los préstamos personales de CaixaBank son de los más caros, oscilando entre el 9,88% y el 10,39% TAE. Así, pidiendo la misma cantidad, en el mismo periodo de tiempo que en el ejemplo anterior, en esta entidad las cuotas alcanzarían casi los 400 euros y se devolvería al banco un total de 18.153 euros.

En cuanto a la cantidad, el mínimo de todos ellos varía entre los 2.000 y los 6.000 euros. Mientras que las máximas pueden llegar hasta los 60.000 e incluso los 90.000 euros. Estas sumas tan elevadas se deben, señala Gallardo, a que los bancos personalizan sus ofertas y sus topes máximos. Así, el experto especifica que cuando una persona las pide la entidad ajusta la oferta a sus ingresos. «La mayoría de los españoles no pueden pedir préstamos por encima de los 30.000 euros».

Antes de contratar un producto de este tipo, el experto ve imprescindible tener en cuenta dos cosas: estar seguros de poder pagar el préstamo y hacer un esfuerzo adicional por equilibrar las finanzas familiares disminuyendo gastos. En este sentido, Gallardo aconseja destinar estos préstamos a reunificar deudas, en especial, aquellas con un coste mayor, como son las tarjetas de crédito.

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