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ANÁLISIS

Francisco cambia el estado de ánimo

El nuevo entrenador del Elche se estrena con dos victorias en apenas cuatro días y consigue mejorar la intensidad y actitud de sus futbolistas

Francisco pidiendo tranquilidad a sus futbolistas durante el encuentro frente al Cádiz MATÍAS SEGARRA

El fútbol son goles y victorias. Cuando la pelota entra y se consiguen los triunfos todo se ve de distinta manera. En ese sentido, Francisco Rodríguez, el nuevo entrenador del Elche, ha caído de pie y eso siempre ayuda a desarrollar el trabajo y a inculcar las nuevas ideas a los jugadores.

El jueves en la Copa cumplió el trámite ante el Leoia (0-2) y la verdadera prueba de fuego era el pasado domingo contra el Cádiz. Las cosas no pudieron salir mejor. Los franjiverdes sumaron tres puntos que les permiten abandonar los puestos de descenso y afrontar el futuro con más optimismo.

No fue un partido brillante, pero lo importante era el resultado y se consiguió. El técnico almeriense ha logrado, cosa que en la mayoría de casos es habitual cuando se produce un relevo en un banquillo, dotar de más intensidad y más actitud al conjunto ilicitano. Algo primordial para poder alcanzar los objetivos.

ENERGÍA: Su actitud en el banquillo se refleja en campo

Cada entrenador tiene su estilo y ha habido muchos casos de técnicos que han logrado resultados desde la tranquilidad y sin gesticular mucho en el banquillo. Pero, normalmente, los equipos suelen ser el reflejo de sus entrenadores y la energía que mostró Francisco desde la banda se tradujo en el terreno de juego.

A diferencia de Fran Escribá, que se pasaba buena parte de los partidos sentado y sin apenas trasmitir instrucciones, el nuevo preparador franjiverde estuvo desde el primer minuto de pie y tratando de prolongar en el campo toda su energía. No paró de corregir posiciones, de animar y de aplaudir a sus jugadores en los momentos complicados. De pedir tranquilidad cuando era necesario y de celebrar con sus ayudantes y sus futbolistas los goles y la victoria final. Ya lo ha repetido en las dos ruedas de prensa que ha ofrecido: «Esperamos poder transmitir a los jugadores la ilusión que traemos». De momento, a las primeras de cambio, lo ha conseguido.

MÁS AMBICIÓN: Cambios ofensivos a pesar de ir por delante en el marcador

Otra de las cosas de las que se le acusaba a Escribá era de ser demasiado «amarrategui» cuando se ponía por delante en el marcador. En esta ocasión, aunque también hay que analizarlo en su justa medida porque el Cádiz no es un rival de la parte alta y ha sido de lo más flojo que ha pasado esta temporada por el Martínez, Valero, Francisco fue valiente. Con el 1-0 no metió al equipo atrás a defender y siempre quiso buscar el segundo gol. La línea de presión fue, casi siempre, en campo contrario. Además, los cambios que realizó fueron ofensivos.

Gumbau sustituyó a Marcone y el catalán tiene más recorrido hacia arriba que el argentino. Pere Milla, que es delantero, lo situó en la banda en lugar de Fidel para aprovechar su bravura y su velocidad. La única permuta más defensiva fue la de Josan por Lucas Pérez, pero, a partir de ese momento, Pere Milla se colocó como segundo punta. Además, en los últimos minutos podría haber optado por reforzar el centro del campo con Raúl Guti y decidió sacar a dos delanteros natos como son Guido Carrillo y Benedetto, haciendo un guiño a los dos argentinos y demostrándoles que cuenta con ellos, por Lucas Boyé y Tete Morente. Veremos si contra rivales de más entidad continúa con la misma ambición.

Los jugadores del Elche celebran en una piña la victoria al final del partido ante el Cádiz MATÍAS SEGARRA

PRACTICIDAD: Sin complicarse a la hora de defender y sacar el balón

Uno de los primeros objetivos que anunció Francisco que quería mejorar era a nivel defensivo. El preparador almeriense había repasado los partidos anteriores y había comprobado que «hasta seis o siete goles» se habían producido por errores individuales. Frente al Cádiz la fortuna se alió con los franjiverdes, porque se siguieron produciéndose. El penalti vino, primero por no encimar más a Iza Carcelén para que no disparase con comodidad; luego, por un mal despeje de Edgar Badia. Y Choco Lozano también le ganó la espalda a Enzo Roco. Incluso, en el gol del Cádiz (2-1) se pudo tapar mejor a Álex Fernández para que no rematase. Seguro que Francisco y sus ayudantes tienen todo eso apuntado en rojo en la libreta.

Lo que sí que se vio fue a un Elche que, aunque, por momentos, quiso iniciar el juego desde atrás, fue más práctico, no se complicó a la hora de defender y cuando se sentía agobiado no tuvo problemas a la hora de mandar balones arriba para que los luchasen Lucas Boyé y Lucas Pérez. Otra de las premisas fue no despejar pelotas hacia el centro para evitar que el contrario montase contraataques, como había sucedido en encuentros anteriores en los que se terminó encajando goles.

Mejorar el sistema defensivo es una de las principales obsesiones del preparador franjiverde y seguro que se enfadó mucho con el gol del Cádiz, porque le hubiera gustado dejar la portería a cero. Pero por lo menos se dio un primer paso para mejorar.

AMBIENTE: Mejorar a partir de un buen resultado siempre es positivo

Como reconoció Francisco al final del partido, para un técnico comenzar un nuevo proyecto con un triunfo es «importantísimo». El Elche ganó al Cádiz y dio un largo paso hacia su objetivo, pero el conjunto ilicitano todavía tiene muchas cosas que mejorar. Además de a nivel defensivo para cuando se enfrente a rivales de más entidad, en el centro del campo también debe tener más personalidad. El doble pivote Mascarell-Marcone ayuda a contener el juego del contrario. Sin embargo, en el comienzo de la segunda parte del encuentro frente al Cádiz se echó en falta un jugador con personalidad, que se echase el equipo a la espalda y fuese capaz de manejar el balón en el centro del campo. Raúl Guti está llamado a desarrollar esa función, pero el zaragozano no está pasando por un buen momento.

Hay tiempo por delante y desde la tranquilidad de un buen resultado se puede conseguir. Lo que está claro es que en su primera semana en el club ilicitano Francisco ha traído aire fresco y ha cambiado el estado de ánimo de jugadores, afición y directivo. El tiempo dirá.

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