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Opinions des d’Elx

Un consell en conflicto permanente

Ximo Puig.

Desde hace unos meses, y con especial intensidad las últimas semanas, los conflictos entre las fuerzas políticas que conforman el actual Govern de la Generalitat, son una constante. No debe ser motivo de excesiva preocupación, siempre y cuando se garantice la gobernabilidad. El debate, incluso la tensión, entre los tres partidos que firmaron el Pacte del Botànic que dio lugar al actual Consell, debe ser algo normal e incluso positivo, siempre que, después, quede garantizada la acción de gobierno. Debiera serlo hasta dentro de cada uno de los partidos.

Es cierto que el adelanto electoral que propició Ximo Puig en 2019 se sintió como una traición en Compromis. Y probablemente lo fue. Al PSOE le salió bien y al resto mal. Jugada perfecta. Desde entonces, la desconfianza ha aumentado y no se pierde ocasión de mostrarla. Las posibilidades que ofrece ejercer la Presidencia de la Generalitat, y la veteranía contrastada de su titular, unida a la decepción por los resultados electorales y, tal vez, otras cuestiones en los otros dos partidos, han provocado que el acaparamiento mediático socialista sea abrumador, a pesar de lo que se resiste Mónica Oltra y, en mucha menor medida, Rubén Martínez Dalmau, de U.P.. Y la pandemia también ha contribuido lo suyo a desdibujar, políticamente, a unos y a resaltar a otros. La gestión hecha está pasando factura y algunas situaciones también.

Y, lo que faltaba ahora, es la polémica en Unidas Podemos. Lo que podría ser sólo un debate interno amenaza con convertirse en un problema para la estabilidad del Consell. La posible sustitución de la actual síndica, Naiara Davó, por Pilar Lima, ha provocado una crisis preocupante en dicho partido y su grupo parlamentario, que es básico para garantizar la gobernabilidad. Es increíble la capacidad de este partido para autodestruirse. No le hace falta nadie. Y ahí están los últimos resultados electorales. Supusieron una esperanza para mucha gente y la realidad es preocupante.

El coronavirus ha expuesto, al igual que en toda España, la precariedad en que políticas privatizadoras, del PP y del PSOE, y despreocupadas por el interés general, han dejado elementos básicos de la sociedad valenciana: una Sanidad Pública insuficiente y muy golpeada en recortes en personal, instalaciones y medios. Una despreocupación por la Tercera Edad y las situaciones de Dependencia vergonzantes, etc. Situaciones que, por cierto, demasiado tímidamente ha estado enfocando el actual Consell. Y aun así, visto lo que hemos tenido, la esperanza es que el Botànic prosiga y mejore su gestión para cambiar la situación actual. No se puede poner en peligro su continuidad y, menos, por sus propios integrantes: unos por prepotencia, otros por resentimiento y otros por asuntos internos.

El ejemplo de Elx, con lo que está ocurriendo en la Residencia de la Tercera Edad de Altabix es claro. No se tendría que haber llegado a esa situación. Igual pasa con el problema de las familias que llevaban a sus hijos, con discapacidades, al centro de día de Jubalcoy y que han tenido que manifestarse para reclamar una solución que estaba prometida. También está prometido, desde hace años, el segundo centro de salud de Altabix, que hace mucha falta, y al que ahora le han aumentado el presupuesto y ya veremos cuando inicia obras. Del segundo CEAM en el barrio del Plá o de nuevas construcciones de residencias públicas para ancianos, dependencia, etc. no hay nada en los presupuestos para 2021. Este Consell tiene mucho por hacer en Elx y debe hacerlo cuanto antes. Y todos debemos exigírselo.

Y vista la situación actual hospitalaria hay que preverla ampliar en un futuro cercano. El colapso ha llevado a tener que ubicar tres camas en habitaciones del Hospital General, aparte de ocupar todo tipo de dependencias. La disponibilidad de más camas es un horizonte con el que hay que trabajar. O ampliando instalaciones o buscando otras. Y con lo demostrado que está lo que tardan en llegar las inversiones necesarias a Elx, sería conveniente que el Ayuntamiento empezara a moverse en Valencia para ello. Cada vez somos más y este es un tema que hay que cogerlo con mucha antelación si queremos verlo hecho realidad en unos pocos años.

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