La dificultad para detectar el cáncer de ovario deja un 80% de casos en fase avanzada

Los hospitales de Elche tratan al año a 40 mujeres aquejadas con la enfermedad, que no da la cara fácilmente porque los síntomas se confunden con problemas menores - Más investigación y visibilidad, entre las reivindicaciones

A la izquierda Zoraida López, afectada de cáncer de ovario, cuenta la falta de visibilidad de la enfermedad desde el salón de plenos del Ayuntamiento, ayer.

A la izquierda Zoraida López, afectada de cáncer de ovario, cuenta la falta de visibilidad de la enfermedad desde el salón de plenos del Ayuntamiento, ayer. / Áxel Álvarez

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

El 80% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de ovario se encuentra en un estado avanzado de la enfermedad (estadios III y IV), cuando las probabilidades de supervivencia bajan hasta un 30%. Los síntomas difusos, que llegan a confundirse con problemas intestinales, y el hecho de que desde la Atención Primaria no se sospeche de la enfermedad, y que en las pruebas rutinarias de ginecología no se suelan detectar estos tumores, son los principales factores que provocan que las afectadas pasen meses tratando de dar con el problema, y mientras continúa agravándose.

Así lo han narrado a este diario varias afectadas ilicitanas que llevan años luchando contra una enfermedad que puede dar la cara nuevamente incluso después de someterse a la extirpación. Este tipo de cáncer es la principal causa de muerte por cáncer ginecológico y es el sexto tipo más frecuente entre las mujeres. En España se diagnostican unos 3.600 casos anuales, lo que representa el 5,1% de los cánceres en el sexo femenino.

Casos en Elche

En Elche el departamento del Vinalopó, gestionado por el grupo Ribera Salud, eleva a 24 las pacientes que han sido tratadas en el último año mientras que en el Hospital General cuentan de media con unas 16 pacientes anuales. Este departamento de salud, hace una década, fue pionero a nivel público en la provincia de Alicante por incluir una unidad para tratar con cirugía y quimioterapia la carcinomatosis peritoneal, es decir, la diseminación o extensión de un cáncer originado en el ovario, el cáncer colorrectal y el cáncer gástrico.

Acto de conmemoración del Día Internacional del cáncer de ovario

Acto de conmemoración del Día Internacional del cáncer de ovario / Áxel Álvarez

Este miércoles el Ayuntamiento acogió un acto institucional para conmemorar el Día Mundial del Cáncer de Ovario, una efeméride impulsada desde 2013 por 140 asociaciones a nivel mundial. Es España sólo existe una asociación (Asaco) que se dedique a dar soporte a las afectadas por este tipo de cáncer, lo que complica que a nivel local en ciudades como Elche exista una red de apoyo específica.

Afectadas

Zoraida López, visiblemente emocionada, fue la encargada de hacer de portavoz ayer de un colectivo que cada vez va en aumento. La ilicitana, miembro de la entidad antes citada que tiene sede en Madrid, narró su caso, y cómo su vida se paró aquel 30 de julio de 2021 cuando le pusieron nombre y apellido a lo que padecía. aunque la mayoría de los casos se diagnostican entre los 45 y los 75 años, dejando una edad media en torno a los 61-63 años, cada vez se están detectando casos más jóvenes como ella, que se lo diagnosticaron con 34, o incluso adolescentes que ya han sido diagnosticadas.

Tanto ella como las mujeres que han pasado por una situación similar urgen más investigación para ahondar en tratamientos específicos, ya que muchas terminan con recaídas porque la enfermedad es resistente a medicaciones a base de platino. «Lo malo de nosotras es que llega un momento como decimos que nos desahucian, o sea que ya no tienes un tratamiento», lamenta.

Al hilo, sopesan que sigue siendo una enfermedad muy invisibilizada por lo que reivindican campañas de concienciación no sólo para que las mujeres acudan al médico cuando noten algo extraño, si no también para que los profesionales estudien más a fondo el malestar descrito por las pacientes cuando llegan a consulta con el fin de que la mayoría de casos no lleguen a estadios próximos a la metástasis que reducen considerablemente la esperanza de vida. Si en el estadio I, la curación puede llegar al 95%, en estadio II, es del 70% y en el estadio III, se reduce al 30 %.

Pruebas

En este punto, las afectadas inciden en la necesidad de se ofrezcan pruebas donde sí se puede apreciar el cáncer como una analítica de tumorales, ecografía intravaginal o un TAC que arrojen luz a lo que a simple vista no tiene importancia.

«Son síntomas muy normales como una inflamación de barriga, un dolor lumbar y tú eso lo puedes achacar a que has hecho un mal movimiento». Es lo que le ocurrió a ella hasta que recibió la noticia que le cambió la vida.

Inma Mora, edil de Sanidad, así como Celia Lastra, concejal de Acción Social, hicieron extensibles a toda la corporación las reivindicaciones de quienes padecen la enfermedad y sostuvieron que es esencial «dar luz» porque a pesar de que no es un cáncer muy prevalente, ya que por ejemplo en el de mama la estimación en los últimos años superaba a los 32.000 nuevos casos, según la Sociedad Española de Oncología Médica, sí que es una de las principales causas de muerte.

Juani Molina García, 54 años, ha llegado a ser intervenida en dos ocasiones por cáncer de ovario en los últimos cinco años. Nunca olvidará aquel segundo Lunes de Pascua en el que los dolores agudos que achacaba a una infección de orina no cesaban. Tras someterse a un PEC TAC los médicos optaron por operar al hallarse el tumor . La enfermedad estaba ya en un estado avanzado a pesar de que llevaba un seguimiento médico continuo en el que nunca se observó el tumor, después, incluso, de que un año antes también tuvieran que intervenirla por un mioma.

«Yo iba a Urgencias y ellos me hacían analíticas pero a lo mejor me hubiera hecho falta un TAC», señala. La última mala noticia se la dieron en 2023 cuando células malignas se desplazaron al intestino delgado y obligaron a seccionar una parte, «lo que supuso volver a pasar por toda la quimio, que terminé en diciembre».

Molestias

María Mondéjar Hernández, 70 años, fue diagnosticada hace una década. En los inicios sentía molestias en la zona de la vejiga. Después de realizarle una citología le indicaron que «no tenía nada de malignidad» hasta que empezó a sangrar.

Muestras de aprecio de la corporación municipal a  Zoraida López, una de las afectadas por el cáncer de ovarios

Muestras de aprecio de la corporación municipal a Zoraida López, una de las afectadas por el cáncer de ovarios / Áxel Álvarez

Y entonces comenzó un periplo por especialistas hasta que tuvieron que intervenirla para extirparle los ovarios y la matriz. Cinco años después volvió a recaer con lo que volvió a someterse al tratamiento oncológico y ahora, sin rastro de la enfermedad, tiene que acudir a revisiones semestrales.

La historia de Ángeles Sánchez Montalvo también comparte la incomprensión de una enfermedad que toca a la puerta sin avisar como otras. La ex paciente, de 63 años, se enfrentó a la patología hace dos décadas por primera vez. Le detectaron un tumor de 12 centímetros, asegura, y en total ha sido intervenida en cuatro ocasiones porque su cuerpo seguía albergando células malignas resistentes al tratamiento.

Tratamientos

Con la vista puesta en la actualidad, nota que los tratamientos han aumentado la efectividad y han dejado de ser tan agresivos, y que incluso han surgido terapias a las que no pudo acceder como la braquiterapia.

En su caso achacó los dolores que sentía a que no hacía bien la digestión «porque soy muy golosa y le echaba la culpa a que comía muy deprisa». De ir al médico para que le recetase un jarabe contra el dolor estomacal pasó a conocer que era el tumor el que le estaba oprimiendo los intestinos. Según los profesionales sanitarios, dado que el ovario es un órgano muy pequeño intraabdominal, el cáncer crece de manera expansiva afectando a toda la cavidad abdominal en un breve período de tiempo.

Esta ilicitana, al igual que las anteriores mujeres con las que ha podido contactar INFORMACIÓN, coinciden en que para ellas ha sido necesario exteriorizar lo que sentían y darle voz a la enfermedad. Por ello, precisamente, todas ellas quisieron agruparse este miércoles en Elche y, con una camiseta repleta de flores, tratar de allanar el camino a las que pasarán por el proceso. También echan en falta que haya una mayor movilización para que no se trate a la enfermedad como una más con el fin de que pueda revertirse la curva y se coja a tiempo.

Montserrat de la Casa, 65 años, cuenta que un día, de repente, se levantó con un malestar como si tuviese el periodo. En un primer momento no le dio importancia. Después vino un sangrado esporádico. En su centro de salud la remiten a Urgencias maternales del Hospital General de Elche donde le detectaron un mioma sangrante.

«Pero vemos algo más vemos como una especie de sombra» le comentaron los profesionales. Tras infinidad de pruebas, al no ser concluyente el diagnóstico inicial, terminó siendo tratada como afectada de cáncer de ovario, pasó por cuatro quimios y 28 radioterapias. Hace año y medio que la operaron y hasta el momento, señala, se encuentra «estupendamente». Cada cuatro meses tiene que acudir a su ginecóloga para tener seguimiento.

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