Un jurado popular declaró ayer culpable de asesinato por unanimidad a Alejandra García por la muerte del hijo de su compañero sentimental. Los seis hombres y tres mujeres que formaban el jurado consideraron probado que la acusada estranguló al pequeño Dominique, de ocho años, en la vivienda familiar por sorpresa y sin que tuviera oportunidad de defenderse.

Tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares que ejercen la madre de la víctima y la Generalitat Valenciana mantuvieron para ella la petición de prisión permanente revisable, la más severa que establece el Código Penal y equivalente a la cadena perpetua, al valorar que se trataba de una víctima especialmente vulnerable. Por su parte, la defensa planteó la aplicación de la pena mínima para la acusada y deslizó la posibilidad de apelar el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia.

Dominique fue asesinado la tarde del 30 de agosto de 2017 cuando se encontraba a solas con la acusada porque el padre del menor se había ido a trabajar. Alejandra dijo entonces que habían sufrido un asalto en el piso por dos desconocidos que ocultaban su rostro con un casco de motorista y que habrían tratado de agredirles sexualmente. Las incongruencias en su relato la convirtieron en la principal sospechosa, hasta que fue detenida nueve meses después. Solo entonces admitió que se inventó toda aquella historia al haber sufrido un bloqueo por la muerte del niño que, según su versión, se atragantó con un trozo de jamón.

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El jurado declara culpable de asesinato a la acusada de matar en Elda al hijo de su pareja. Manuel R. Sala

Autopsia

Una versión que el tribunal popular no ha creído y para lo que se ha apoyado en el contundente informe de la autopsia que concluía que el niño fue estrangulado, con toda probabilidad con la camiseta que llevaba puesta en ese momento.

Apenas cuatro horas y media duró ayer la deliberación. Hacia las 10.30 horas de la mañana empezaba el encierro del tribunal popular después de que el magistrado les entregara un cuestionario con seis preguntas sobre los hechos que debían considerar probados. Tras una pausa a las dos de la tarde para comer, la reunión se retomó a las cuatro, para una hora más tarde convocar a las partes para la lectura. El fallo se leyó en audiencia pública sobre las seis.

El cuestionario se componía se seis preguntas: Si Alejandra mató a Dominique; si fue intencionadamente; si lo hizo sin posibilidad de que el pequeño se defendiera; si se aprovechó de su diferencia física con el niño; si simuló un asalto después para culpar del crimen a dos desconocidos; y si esta invención se produjo como consecuencia de un ataque de pánico que la bloqueó. Salvo a esta última pregunta, la respuesta al resto del cuestionario fue afirmativa, es decir, todos los hechos del relato de las acusaciones quedaron probados para el jurado. Este último punto es una de las dos preguntas en las que se rompió la unanimidad del jurado. Por ocho votos contra uno el tribunal rechazó la explicación del bloqueo de la acusada.

Otra cuestión en la que el tribunal popular tampoco fue unánime fue en si la acusada se aprovechó de la diferencia de fuerza física para llevar a cabo el asesinato. Solo uno no lo creyó probado, pero los otros ocho sí.

En la sala en la que se encontraban la madre de acogida del niño asesinado, Penélope Martínez, así como la madre y la hermana de la acusada era inevitable que saltaran las lágrimas de uno y otro lado cuando se emitió el veredicto.

Tras haber leído su fallo, los miembros del jurado tuvieron que volver a encerrarse a deliberar otra vez porque se habían olvidado responder a una pregunta del cuestionario: si eran favorables o no al indulto de la acusada. Se produjo una tensa espera de pocos minutos en la que ya todos sabían lo esencial: Alejandra había sido declarada culpable del asesinato. De eso no había dudas. Ésta esperaba sollozando en el banquillo. La pregunta que faltaba se contestó rápido: los nueve miembros del jurado no son favorables a ninguna medida de gracia para la asesina.

Lágrimas y nervios

Nervios a flor de piel que, a pesar de todo, no desembocaron en incidente alguno. Penélope atendió a la prensa a la salida de la Audiencia para agradecer el «dar voz a mi hijo asesinado. Solo queríamos que se supiera la verdad y se hiciera justicia». Mientras, la familia de la procesada abandonaba la sede judicial discretamente por una puerta lateral del edificio sin hacer ninguna declaración. Previamente se habían abrazado a Alejandra en la sala sollozando antes de que la Policía se la llevara de vuelta a prisión.