El escenario del Teatro Castelar acogió ayer tarde la quinta y última mesa de trabajo del Plan Estratégico Elda 2030, que en esta ocasión estuvo dedicada al Patrón 1 (Elda con identidad, cultura y proyección). La mesa fue coordinada por José Vicente Cabezuelo, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Alicante. 

Los ponentes de la mesa fueron José Ferrándiz (ex director del Instituto Gil-Albert y profesor de la EURLE), Gabriel Segura (cronista oficial de Elda), Rosario Navalón (directora de la Sede de la UA en Elda y directora del postgrado en Guía de Turismo e Interpretación del Patrimonio de la Universidad), José David Busquier (arqueólogo) y Noemí Navarro (profesora de Educación Física en el CEIP Pintor Sorolla).

El director técnico del Plan Estratégico Elda 2030, Aniceto Pérez, y la coordinadora del mismo, Andrea Paños, fueron los encargados de dar la bienvenida a los participantes y dar a conocer el Patrón 1 y al coordinador del mismo, quien a su vez presentó a los ponentes de la mesa.

El alcalde de Elda, Rubén Alfaro, toma notas durante el debate ayer.

Gabriel Segura abrió el turno de intervenciones afirmando que «el patrimonio eldense ha sufrido mucho por el rápido crecimiento de la ciudad. Cuanto más rápido es más efectos tiene porque es más descontrolado y eso tiene unas consecuencias negativas en el patrimonio físico tangible y también en cosas inmateriales». El cronista oficial de la ciudad afirmó que «la mejor forma de conservar las cosas es usándolas, disfrutando de ellas, dándolas a conocer. Es fundamental recuperar el Castillo, pero también el casco antiguo porque se trata una fortaleza urbana que siempre estuvo rodeada de casas». 

Por su parte, José Ferrándiz explicó que «Elda es una ciudad que dispone de edificios históricos, tres museos, una plaza de toros, fiestas populares y, sobre todo, centros formativos de todos los niveles, desde los primarios hasta los universitarios. Es una de las ocho ciudades de la provincia en las que se puede estudiar al menos un grado universitario. Tenemos un punto de partida bastante interesante, aunque todo sea mejorable».  

Ferrándiz destacó que «Elda tiene señas de identidad propias, tanto interiores como alguna más que trasciende más allá de la ciudad. Seguro que si preguntamos a gente de fuera por una de estas señas, la inmensa mayoría nos diría que el calzado. Elda debe trabajar en aquellas identidades que le hacen importante, ser conscientes de lo que se tiene y de lo que se es».

José David Busquier, Andrea Paños, Gabriel Segura, Noemí Navarro, José Vicente Cabezuelo, Rubén Alfaro, Rosario Navalón, José Ferrándiz y Aniceto Pérez, antes del inicio de la Mesa de Trabajo. AXEL ALVAREZ

El arqueólogo José David Busquier afirmó que «es fundamental investigar nuestra historia y proyectarla al interior y al exterior. Cuando nos planteamos la dedicación de 2022 a la familia Coloma, vimos que había que estudiarla en muchos niveles y es un reto enorme porque es una familia desconocida para la mayoría. El Año Coloma y todos sus contenidos hay que proyectarlos a todos los estamentos de la ciudad, con expertos y estudiosos y con los ciudadanos de a pie o con los niños y niñas en los colegios. Queremos poner en marcha un proyecto identitario como ciudad y un contenido cultural para lanzarlo al exterior».

«La familia Coloma tuvo una relación enorme con la historia de España, pero también con la de la ciudad, con enclaves muy importantes como el Castillo. Hay otros que ya no existen, pero sí podemos ubicarlos y destacar el patrimonio como una de nuestras señas de identidad», indicó Busquier.

José Ferrándiz, durante una de sus intervenciones.

El deporte es otra de las señas de identidad de una ciudad que cuenta con clubes, con instalaciones, con deportistas de muy alto nivel y con colegios que unen educación y deporte. Noemí Navarro señaló que «el deporte es una de nuestras señas de identidad y muchos de los valores de los que se han hablado aquí, como la industria, el comercio o las fiestas, también están en el deporte. Todos los ciudadanos y ciudadanas deben sentirse de nuestros clubes, tanto los centenarios como los más recientes. Elda es una ciudad que ama el deporte y reúne todos los valores que queremos hacer llegar a nuestros niños y niñas».

Por último, Rosario Navalón afirmó que «en primer lugar, cuando se habla de turismo debemos saber que nos referimos a personas que se desplazan de su lugar habitual de residencia. No es lo mismo dirigirnos a personas que viven aquí que atraer a personas que vienen de fuera. El turismo es un vector de diversificación de la actividad económica. Tenemos que identificar cuáles son las señas sobre las que pivota Elda y hay que estudiar qué productos turísticos podemos ofrecer a la gente de fuera, porque no es lo mismo un producto que un recurso turístico, como puede ser el yacimiento de El Monastil o el Castillo-Palacio».

José Vicente Cabezuelo, Rosario Navalón y José David Busquier.

Navalón afirmó que «con respecto a la Guerra Civil, aunque otras ciudades también tienen vestigios, fue Elda la capital de la Segunda República y hay restos, como el refugio recientemente descubierto, que permiten articular un producto turístico diferenciado. En cuanto a las fiestas, la más llamativa por dimensión y participación es la de Moros y Cristianos, pero hay que hacer una reflexión sobre lo que podemos ofrecer para atraer a gente de fuera de una manera organizada y planificada. Se podrían crear rutas turísticas con la familia Coloma como eje, y por eso Elda debe apropiarse de una familia que dio mucho juego durante dos siglos, como por ejemplo ha hecho Gandía con los Borgia».

Elementos clave 

Rosario Navalón explicó en la Mesa de Trabajo que «tenemos que ser conscientes de que estamos en un entorno con una enorme competencia turística, y no me refiero al turismo de playa, sino al que está a menos de media hora de Elda. Cuando hablamos de estrategia y hacemos un diagnóstico debemos apostar por unos ejes concretos: aquellos que nos posicionan de una manera eficaz y singular en el mercado turístico. Por ejemplo, el Castillo de Elda es el único de los doce que hay en la comarca que es, además, un Palacio. Es un elemento diferenciador, como lo es la dinamización del yacimiento de El Monastil. La industria ofrece un patrimonio que se puede recuperar, con fábricas antiguas que se pueden aprovechar, y por supuesto con el Museo del Calzado». 

5Gabriel Segura, Noemí Navarro y José Ferrándiz.

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