Junto al besugo, que es de la misma familia, la dorada es una de las opciones comestibles piscícolas que más frecuentemente se preparan al horno. Casi siempre con verduras, patata, ajo, a veces perejil, limón y, cómo no, con una ración generosa de aceite de oliva. Unos 15-20 minutos de horneado y listo. Una fórmula sencilla y rápida que desgraciadamente no siempre está en su punto. Muchas veces, porque ya la dorada no es de la mejor calidad, si es que se trata realmente de dorada. Y no es que la de piscifactoría no tenga buenas propiedades, pero claro, no las mismas que una dorada salvaje. Otras veces el asado tiene demasiado aceite, la dorada está demasiado hecha o, lo que es peor y más frecuente, las patatas están crudas.

Elegir una buena dorada, utilizar una ración de aceite adecuada y cocer correctamente las verduras es básico para un resultado óptimo. En cualquier caso, es un clásico plato marinero rico en proteínas, un ejemplo perfecto de dieta mediterránea y que, en otoño, vive su mejor momento.

- La dorada es un pescado semigraso que, aunque tiene más grasa que el pescado blanco magro como la merluza o el lenguado y algo más de energía ( 90 / 100 g), sigue siendo sano y muy ligero.

- Al contrario de lo que se cree, no se han encontrado diferencias nutricionales significativas entre una dorada de piscifactoría y una salvaje.

- Una forma de preparar la dorada al horno es empleando verduras cocidas previamente. Otra fórmula es introducir la bandeja de horno con las verduras cortadas unos minutos antes sin el pescado para que empiecen su cocción.

- Una ración equilibrada de dorada oscila entre los 120-150 g. En principio, es un plato apto para todos. La digestibilidad y el aporte energético dependerán de la dosis de aceite empleada.

Recetas con Dorada

Dorada a la sal

Dorada a las finas hierbas