¡Nueva tendencia 'foodie' a la vista! Consiste en hacer de la comida aparentemente más común algo saludable y perfecto para mantener la línea este verano.

La moda 'efortless', que aboga por un estilo de vida sin complicaciones y cómodo, sin perder de vista el bienestar, pasa al terreno de la comida y se instaura así una nueva percepción gastronómica: preparar nuestro menú diario mucho más saludable, a través de unos pequeños y sencillos gestos que no supondrán esfuerzo.

Es interesante saber que según un estudio de la Universidad de Ohio, cuanto más sano se percibe un alimento, más gente está preparada a pagar más dinero por él, ya que se traduce en sinónimo de salud. ¿Pero es realmente necesario invertir más para comer mejor? Te traemos estos pequeños trucos con los que convertir una simple comida en toda una súper-comida, sin tener que gastar de más. La Ley del Mínimo Esfuerzo, ahora en tu cocina.

Sustituye y sustituye

La regla de oro para convertir nuestra comida en una mucho más saludable es la sustitución. Cambiar las salsas como la mayonesa o las cremas con nata, por yogur y leche, por ejemplo. La cremosidad seguirá siendo la misma, pero con el plus de que se evitará consumir alimentos demasiado grasos. Una opción extra, es optar por yogures y leche sin lactosa, ya que son más ligeros y digestivos.

'Fast food' saludable

La comida rápida es una de las opciones más socorridas cuando tenemos el tiempo justo o estamos fuera de casa, un hábito que se hace más cotidiano con el comienzo de la jornada intensiva. ¿La solución que aboga la tendencia 'Efortlessly Healthy'? Pasar de las patatas fritas a unas chips de verduras al horno; los alimentos procesados como las pizzas envasadas o las hamburguesas, mejor si se preparan en casa con alimentos frescos y comprados de primera mano.

Hazlo más digestivo

Es preferible optar por alimentos con alto poder saciante, y no por alimentos que nos llenen en un momento puntual y no podamos seguir con la rutina diaria. Para ello, conviene incrementar los alimentos con mucha fibra, como los cereales, siempre en su versión integral, y la fruta fresca, como las manzanas y las peras. Además, podemos elaborar platos con productos sin lactosa, mucho más digestivos y con las mismas propiedades que sus homólogos.

Opta por la cocina casera

Comer en casa nos permitirá controlar las cantidades de los platos, así como los condimentos o añadidos a la hora de prepararlos. Esto es, que en casa podremos emplear formas de cocinar mucho más saludables como al horno o al vapor, y sabremos que los productos empleados son frescos y de confianza.

Ley del Mínimo Esfuerzo

La Ley del Mínimo Esfuerzo, aplicada a la cocina, ¿de qué forma? Intentando usar lo mínimo de cada ingrediente a la hora de preparar un plato: usar un spray para minimizar la cantidad de aceite de oliva que usemos, sustituir la sal por las especias, mucho más digestivas y que le aportarán sabor, o acabar con el azúcar y endulzar con algo de miel. Pequeñas acciones que traen muy buenos resultados.