Una nueva caravana conformada por unos 6.000 migrantes, en su mayoría de Haití, El Salvador, Honduras y Guatemala, partió este sábado desde la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas, frontera Guatemala, pero ahora con un destino previo a Estados Unidos: la Ciudad de México.

Los migrantes intentan llegar a la capital mexicana para regularizar su situación ante el Instituto Nacional de Migración (INM), dependiente de la Secretaría (ministerio) de Gobernación.

Luego de varios días de organización para salir de Tapachula, ciudad que en las últimas semanas ha visto la inusual llegada de miles de extranjeros de al menos 11 países, los extranjeros comenzaron su larga caminata.

El enorme contingente cargó consigo maletas, mochilas, bolsas, agua, carriolas, paraguas además de la ilusión y la esperanza de poder llegar a su destino y continuar su avance hacia la frontera norte para después intentar su entrada a Estados Unidos.

La marcha migrante "por la libertad, la dignidad y la paz", conformada por menores, mujeres y hombres, arrancó este sábado a las 8.00 horas (13.00 GMT) desde el parque Bicentenario, de la ciudad Tapachula, y busca recorrer unos 1.160 kilómetros hasta la capital mexicana.

Confianza y ánimo

A la voz de "¡Si, se puede, si se puede!", el contingente de migrantes, entre los que también hay personas de Venezuela, Cuba, P Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Perú, China y de algunos países de Africa, salió de la ciudad y recorrió sus primeros kilómetros sobre la carretera que se está prácticamente en la costa de Chiapas.

"Somos personas civilizadas y queremos cumplir nuestros sueños"

Migrantes de Centroamérica y Haití marchan en una caravana que se dirige a la capital mexicana para solicitar asilo y refugio. Reuters

El salvadoreño Isaac Andrés dijo a Efe que el INM no los está dejando salir de Chiapas a pesar de que cuentan con documentos y aunque han estado trabajando en Tapachula, las oportunidades son escasas o inexistentes. "Somos personas civilizadas y queremos cumplir nuestros sueños, vamos a caminar hasta donde lleguemos, no hay miedo, no hay nada, nosotros queremos llegar para cumplir nuestras metas", añadió.

A diferencia de otras caravanas, la de este día avanza a paso lento, debido a que dentro de las reglas de la organización se debe esperar a mujeres y niños para evitar que queden rezagados y sean detenidos por los agentes de la Guardia Nacional o de Migración.

La mayoría de los migrantes caminan con banderas de sus respectivos países y una cruz sobre la carretera en la que se llegan a registrar temperaturas superiores a los 36 grados Celsius.

Organizaciones y activistas

Esta caravana está acompañada por los activistas Luis Rey García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana en Tapachula, y el defensor de derechos humanos, Irineo Mujica, director de la ONG Pueblo Sin Fronteras en México, quienes dijeron que la caravana no buscan ningún enfrentamiento y que los migrantes solo quieren es ser escuchados y que se atiendan sus necesidades.

Migrantes de Centroamérica y Haití marchan en una caravana que se dirige a la capital mexicana para solicitar asilo y refugio. Reuters

"Nosotros vamos en el nombre de Dios y pacíficamente y lo que pedimos es que se atiendan los trámites administrativos", señalaron.

Con los primeros kilómetros en los pies, unas tres horas de recorrido, la caravana enfrentó y rompió el primer cerco de agentes de la Guardia Nacional y de la policía estatal, que buscaban impedir su avance, a unos 15 kilómetros de Tapachula.

En la acción, los migrantes se tomaron de la mano, formaron una bloque y avanzaron hacia la línea de Fuerzas Federales que los esperaba con equipos antimotines en un paso a desnivel.

Entre, empujones, golpes y gritos, los extranjeros pasaron corriendo el bloqueo que desplegaron los agentes. En la contención de la caravana varias agentes femeninas de la Guardia Nacional fueron arrolladas por la multitud y cayeron al piso.

El choque, que duró unos 30 minutos, dejó lesionados a varios niños y mujeres que fueron atendidos por personal de Protección Civil que acompaña la marcha con hidratación y ayuda médica.

Tras el incidente los migrantes siguieron su avance, custodiados por agentes estatales, de Migración y de la Guardia Nacional, cuyo trabajo es observado por personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que atestigua el éxodo migratorio.

El representante estatal del INM en Chiapas, Aristeo Taboada, señaló a medios que a los migrantes "les han dado mal la información y los engañan" con que obtendrán alguna estancia legal en México.

La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año con un flujo histórico de 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de 212.000 migrantes detenidos solo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos.