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Crisis social

De Irak a Bielorrusia: el éxodo desde el Kurdistán iraquí

La mayoría de refugiados y migrantes que se han concentrado en la frontera entre Polonia y Bielorrusia procedía del norte de Irak, una región que en los últimos años prometía ser el nuevo Dubái

Refugiados se concentran junto a un camión con ayuda humanitaria en la región de Grodno, en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.

El primo de Hassan, un refugiado kurdo iraquí que vive en Barcelona, está atrapado en una rueda. "Mi primo quiere marcharse del Kurdistán iraquí, claro, pero no tiene el dinero para hacer el viaje. La única razón por la que sigue allí es porque no puede pagar el trayecto. Si pudiese, ya se habría ido. Pero como no hay trabajo, no hay dinero. No hay forma, así que no tiene muchas esperanzas", explica Hassan, que llegó a España en 2015 haciendo la ruta con la que su primo sueña: desde el Kurdistán iraquí hacia Europa

Varios miles la han emprendido este otoño, aunque sin mucho éxito. La gran mayoría de los refugiados y migrantes que se han concentrado durante estos últimos meses en la frontera entre Bielorrusia y Polonia no son ni sirios ni afganos ni iranís. Son kurdos de Irak

"Los dos gobiernos que tenemos [el central, en Bagdad, y el del Kurdistán iraquí, autónomo] no miran más que para ellos mismos. Irak es de los países del mundo que tiene más petróleo, puede que el que más, y ellos no hacen nada para la gente. Los funcionarios no cobran, nadie encuentra trabajo. Las familias que tienen el poder se quedan todo el dinero para ellos. Tienen millones de euros en bancos europeos y estadounidenses. Sus hijos estudian en EEUU, hacen lo que quieren. Mientras los demás… ¿Qué pueden hacer? Van a Bielorrusia a morir de frío", explica Hassan.

Una estrella caída

Hubo un tiempo, sin embargo, en que no era así. Durante los primeros años de este siglo, el Kurdistán iraquí prometía con brillar de noche como lo hacen ahora Dubái y Doha: con millones y millones de oro negro extraído del subsuelo. Desde 2005 hasta 2013 gente que había huido de la región volvía. Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, se convertía en la ciudad más rica del país.

"En solo seis años, la suerte de la región ha cambiado al completo. Ya en 2014, el gobierno del Kurdistán iraquí no podía pagar a los funcionarios", escribe el analista y experto regional Abdulla Hawez, que enumera las razones: los cortes del Gobierno central para parar que el Ejecutivo kurdo vendiese por su cuenta el petróleo, la emergencia del Estado Islámico, las represalias por el referéndum de independencia de 2017…, pero sobre todo el sistema creado por las dos familias que controlan la región: los Barzani y los Talabani.

"Durante estos años, la siguiente generación de estas familias ha tomado el poder. Esta generación, que ha estudiado y vivido en el lujo extremo en el extranjero la mayoría de sus vidas, no tiene nada en común con la gente ordinaria, y no tiene la legitimidad de sus padres, que consiguieron el poder por su lucha contra el régimen anterior [de Saddam Huséin]", dice Hawez.

Mayor represión

Estas nuevas generaciones cambiaron el sistema regional, aumentando la represión contra cualquier tipo de disidencia mientras adaptaban la economía a los nuevos vientos. "En 2019 se implantó un nuevo modelo que se basa en una alta tasación, una privatización agresiva, gobernanza autoritaria y la eliminación de casi todo el estado del bienestar", escribe el analista, que continúa: "En el papel, este nuevo modelo debía proporcionar un crecimiento económico a través del sector privado; en realidad, la mayoría de empresarios y comercios han cerrado. La mayoría de los negocios con los que he hablado creen que el Gobierno quiere ahogarles para ayudar a que ciertas empresas monopolicen cada sector. Y estos potenciales monopolios son, por lo general, propiedad o de miembros de las dos familias en el poder o de gente cercana a ellas".

Así, sin perspectivas, la única solución para muchos acaba siendo marcharse. Siempre y cuando se lo puedan pagar. "Sin trabajo ni dinero, ¿cómo se puede vivir? -se pregunta Hassan-. No hay nada que hacer. Por eso mucha gente se va, porque no se puede cambiar el sistema. Bueno, no hay un sistema. El único sistema que hay es el suyo".

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