Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tensión en el este

Rusia y Ucrania: el gráfico de un desequilibrio militar

Moscú es una de las mayores potencias militares del mundo y cuenta con casi tres millones de soldados y un amplio arsenal armamentístico | Kiev ha relanzado el gasto para modernizar su ejército tras la anexión rusa de Crimea y recibe apoyo militar y económico de la OTAN

Un soldado ucraninano del 25 batallón de asalto del aire en Avdilvka, en Ucrania.

La expansión oriental de la OTAN y las maniobras de ocupación rusas han vuelto a disparar la tensión en el este de Europa. Durante los últimos meses, Moscú ha desplegado hasta 100.000 soldados en la frontera de Ucrania como respuesta a los avances de Kiev para ingresar en la Alianza Atlántica. La escalada de la retórica bélica ha ido a más y, mientras los aliados exploran vías diplomáticas y sanciones, los Estados Unidos ya han puesto en alerta a 8.500 militares.

Todos esos movimientos han llevado a muchos a especular en una hipotética guerra para invadir Ucrania. Tras ignorar durante años las peticiones de Vladímir Putin de dar marcha atrás a la ampliación militar de la OTAN, el bloque occidental teme que Rusia termine abalanzándose sobre su vecino. Aunque destacados expertos han remarcado la poca probabilidad de una contienda —que Moscú descarta, al menos abiertamente—, la anexión por la fuerza de la península de Crimea en 2014 y el control de los separatistas ucranianos de la región del Donbás son precedentes alarmantes que no calman las aguas.

En 2017, el parlamento ucraniano impulsó una ley para reactivar su ingreso a la OTAN. Dos décadas antes, la alianza militar llegó a un acuerdo tácito con un Kremlin entonces debilitado por el colapso de la URSS: no habría expansión militar hacia el este, donde estaba la esfera de influencia soviética. El pacto fue papel mojado. La OTAN amplió sus fronteras orientales, desplegando tropas y misiles en países como Polonia, Rumanía o las repúblicas bálticas. Con Bielorrusia en manos de aliados de Moscú, Ucrania es el último gran enclave que la separa de estar puerta a puerta con Rusia.

Un gigante militar y un ‘aliado’ de la OTAN

Ucrania lleva ocho años desangrándose en una guerra interna en este del país en la se estima que han muerto más de 14.000 personas. Aunque el Kremlin marcó el país como una línea roja, tras su anexión ilegal de Crimea varios países, con EEUU y el Reino Unido al frente, han aportado una ayuda económica y militar “sin precedentes”, como describió Kiev. La exportación de misiles, artillería, vehículos blindados e incluso drones armados han permitido modernizar el ejército ucraniano y prepararse para nuevas crisis geopolíticas.

El país destina más de 5.230 millones de euros anuales al presupuesto militar, lo que supone un 8,8% del presupuesto de su gobierno y hasta un 4% de su PIB, según datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri) del 2020. Por su parte, el presupuesto militar ruso es de más de 54.707 millones, un 11,4% del gasto estatal y un 4,5% de su riqueza nacional. Ese gasto militar se ha disparado un 30% desde 2010 y un 175% desde el año 2000.

A esa comparativa hay que sumarle el apoyo militar que está recibiendo Ucrania por parte de la OTAN. La alianza militar más poderosa del mundo reúne a un total de 30 países y un presupuesto militar que asciende a los 1,56 billones de euros. Se calcula que la ayuda militar de la OTAN a Kiev equivale a más de 12.404 millones. Solo el año pasado los EEUU le transfirieron armas por un valor superior a los 576 millones.

Desequilibrio militar

Sobre el papel, la comparación militar entre ambos países está profundamente desequilibrada. Rusia es una de las mayores potencias militares del mundo y cuenta con unos 900.000 soldados en activo y otros dos millones en la reserva; Ucrania tiene 209.000 activos y 900.000 en reserva, según cifras del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).

El equipamiento militar ruso también es mucho mayor. Así, cuenta con 7.571 unidades de artillería, 30.122 vehículos blindados, 12.420 tanques, 1.511 cazas y aviones de combate y 544 helicópteros de ataque. Al otro lado, el ejército ucraniano tiene 2.040 unidades de artillería, 12.303 vehículos blindados, 2.596 tanques, 98 cazas y aviones de combate y 34 helicópteros de ataque. Así, el dominio militar ruso es abrumadoramente superior tanto por tierra, como por aire o por mar. La anexión de Crimea quitó a Kiev y dio al Kremlin una base naval clave en el Mar de Azov y en el Mar Negro.

Cada maniobra militar y refuerzo armamentístico genera una reacción igual en la otra parte. Esa peligrosa lógica ya marcó gran parte del siglo pasado. Ahora, tras más de una década de tensión enquistada, esta nueva escalada amenaza con colmar el vaso de la perpetua crisis en la frontera occidental de Europa.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats