La apertura de una oficina de representación de Taiwán en julio del año pasado en la capital lituana de Vilna fue el elemento que prendió la mecha. A raíz de aquella decisión el Gobierno de China empezó a bloquear, como medida de presión, las importaciones europeas que contuvieran componentes procedentes de Lituania. Incluso anunció a finales de noviembre que dejaba de entregar visados al país báltico. Dos meses después y tras fracasar el intento por reconducir la situación, la Unión Europea ha decidido denunciar ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) lo que considera prácticas discriminatorias de Pekín contra Lituania, que también están golpeando a otras exportaciones procedentes del mercado único europeo.

Lanzar un caso ante la OMC no es un paso que nos tomemos a la ligera. Sin embargo, tras repetidos intentos fallidos de resolver el problema bilateralmente, no vemos otra forma de avanzar que solicitar el procedimiento de resolución de disputas con China ante la OMC”, ha explicado el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, recordando que “la UE está decidida a actuar de forma unida y rápida contra las medidas que infringen las normas y que amenazan la integridad de nuestro mercado único”.

Se trata del primer paso en el procedimiento de resolución de conflictos al que Bruselas ha decidido acudir tras fracasar la vía abierta a nivel bilateral con Pekín. Según ha explicado la Comisión Europea en las últimas semanas han recabado pruebas de varios tipos de restricciones que incluyen la negativa a autorizar la entrada de productos procedentes del país del norte de Europa a través de las aduanas chinas, el rechazo a las solicitudes de importación procedentes del país báltico así como la presión a empresas europeas de otros Estados miembros para que eliminen piezas de sus suministros cuando los exportan a China.

Este tipo de acciones, que Pekín empezó a aplicar en diciembre pasado sin informar a la Unión Europea o a las autoridades lituanas, parecen ser discriminatorias e ilegales, según las normas de la OMC, porque están perjudicando tanto a los exportadores lituanos como a los de otros Estados miembros. La apertura de consultas es la primera etapa en el procedimiento de resolución de conflictos. Si estas consultas no dan un resultado positivo en un plazo de 60 días, la UE podrá solicitar el establecimiento de un panel que dirima el nuevo contencioso que llega en plena escalada de las tensiones con Rusia.