Italia ahora le preocupa el fentanilo, la llamada "droga zombi". Tanto que esta semana el Sistema Nacional de Alerta por las Drogas transalpino ha dejado atrás los titubeos y ha lanzado la alerta por este estupefaciente. Una decisión que se ha tomado después de descubrirse dosis de heroína adulterada con fentanilo en Perugia, en el norte. "Es la primera vez que esto se documenta en Italia", han señalado las autoridades.

La alerta lanzada es de grado tres y prevé la activación del llamado Plan Nacional de Prevención contra el uso impropio de fentanilo, presentado hace un mes y medio ante la alarma internacional por esta droga, que ha provocado una verdadera epidemia en Estados Unidos en la última década. En concreto, el nuevo plan incluye mayores controles a redes criminales y formación para que los sanitarios aprendan a detectar eventuales brotes, así como que el país empiece a dotarse de medicamentos que funcionan como una suerte de antídoto contra esta droga, como la naloxona. El aviso ha sido enviado a las comunidades autónomas y las autoridades sanitarias de todo el país.

"Los resultados analíticos recibidos el 24 de abril de 2024 han identificado en la muestra un 5% de fentanilo, 50% de heroína, 30% de codeína y 15% de diazepam", ha informado la oficina de Alfredo Mantovano, subsecretario de presidencia de Gobierno y el funcionario a cargo del plan.

La 'Ndrangheta y el G7

El Gobierno italiano puso el foco en el fentanilo en marzo pasado, después de que sus servicios de inteligencia avisaran de que la droga ha empezado a despertar el apetito de las mafias locales, incluyendo la 'Ndrangheta, una de las más estructuradas y peligrosas en Europa y en el mundo, y con contactos con los cárteles mexicanos, uno de los grupos criminales involucrados en su comercio. "Nuestra Inteligencia señala una preparación por parte de las organizaciones criminales italianas, en particular la 'Ndrangheta, para recibir a esta sustancia, aunque en estos momentos [estos grupos criminales] aún están examinando su conveniencia en el mercado", dijo entonces Mantovano.

En paralelo, la primera ministra, Giorgia Meloni, ha incluido esta cuestión entre los argumentos que forman parte de los asuntos urgentes que han de debatir durante la presidencia italiana del G7, actualmente en curso. Con ello, Meloni también se congratuló con su Gobierno por haber convertido Italia en uno de los países europeos con un plan para hacer frente a una eventual epidemia de fentanilo; la propia España diseñó el año pasado una estrategia para frenar el consumo de opioides.

Fenómeno oculto

La posibilidad de un contagio de la crisis de Estados Unidos a Italia está siendo vigilada, en verdad, desde hace años por las autoridades sanitarias, la Cruz Roja y la propia policía italiana y, hasta ahora, no había suscitado grandes preocupaciones, a diferencia de otras drogas. Como la cocaína, cuyo consumo ha aumentado especialmente entre los jóvenes. O como el 'crack', la conocida como droga de los pobres, que desde el año pasado preocupa de nuevo.

No obstante, según datos oficiales, también es una realidad que ha habido un número creciente de casos relacionados con el fentanilo los últimos años. En concreto, entre 2018 y 2023, la policía se incautó de más de 123 gramos de fentanilo en polvo (una cantidad importante si se considera que se puede sufrir una intoxicación aguda con aproximadamente 3 miligramos), junto con 28 dosis en comprimidos y 37 otros paquetes, entre ellos parches, frascos y cajas de medicamentos. Un caso más reciente es el detectado en el otoño pasado en la ciudad de Piacenza (norte), donde la policía desmanteló una red de tráfico entre Italia y Estados Unidos.

En esta línea, las autoridades italianas también han dejado claro que creen que el fenómeno todavía no está siendo adecuadamente detectado en Europa. En un nota de febrero, el Ministerio de Salud italiano recordó que, según los datos disponibles, en 2021 se produjeron 137 muertes asociadas con el fentanilo en toda Europa, de las cuales 88 fueron en Alemania. Pero "es esencial tener en cuenta que los actuales datos europeos probablemente son una subestimación", opinó el ministerio.