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SI ELLOS HABLARAN

La guerra de los chimpancés

La primera guerra entre chimpancés comenzó en 1974 y duró 4 años. Durante la misma, en Gombe, Tanzania, dos grupos rivales se enfrentaron hasta la muerte. No hubo paz hasta que uno de los clanes exterminó a los machos del otro y acogieron a sus hembras.

La guerra de los chimpancés

En Ngogo, Uganda, vive un numeroso grupo de chimpancés que ha crecido muchísimo. Hace cinco años, por diferentes disputas, el mismo se dividió en tres subgrupos que, según las áreas que ocupaban, fueron clasificados como occidental, oriental y central.

Cada vez que miembros de los distintos grupos se encontraban comiendo en las zonas de árboles frutales, se disparaba la tensión. Sin embargo, nadie pensó que aquello pasaría a mayores. Ahora, por el contrario, se sabe que el cadáver de un macho asesinado a dentelladas y encontrado en enero de 2018, fue la primera víctima de esa guerra.

En realidad, todos señalan una fecha clave para explicar lo sucedido. Se trata del 15 de junio de 2019. Ese día, unos chimpancés del grupo central retozaban tranquilamente sobre los árboles cuándo, de repente, varios machos del grupo occidental, acompañados por hembras con crías, se les acercaron hostilmente y, tras gritos y gestos de amenaza, subieron por las ramas en busca de éstos.

Las hembras, por su parte, no se quedaron quietas y persiguieron también a las hembras del grupo central que, igual que los machos, huyeron junto a sus crías.

Sin embargo, finalmente, un chimpancé de alta jerarquía y gran fortaleza del grupo central, acosado, cayó desde varios metros de altura. En el suelo, dos chimpancés rivales lo inmovilizaron agarrándolo por los brazos mientras sus compañeros de grupo terminaban con su vida a golpes. Los investigadores creen que lo asesinaron de esa forma y no a mordiscos, como acto de honor y respeto. En cualquier caso, tras la muerte de éste, otros machos corrieron su misma suerte, estallando una guerra que, por desgracia, hoy continúa.

Es una pena que los chimpancés tengan comportamientos tan humanos como la guerra. De hecho, se ha comprobado que, cuando éstos se ponen violentos, producen una hormona que potencia la xenofobia.

Ojalá algún día, humanos y chimpancés olviden enfrentamientos y aprendan del carácter de los bonobos, primos hermanos de ambos, que viven en paz y armonía, sin más propósito que recibir y dar amor cada día.

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