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SI ELLOS HABLARAN

Doscientas especies invaden España: la guerra ha estallado

Doscientas especies invaden España: la guerra ha estallado

Constituyen un gravísimo problema. Acomodadas en nuestros ecosistemas, se han distribuido rápidamente por el mismo desequilibrándolo totalmente. La desaparición de algunas de nuestras especies autóctonas ya es imparable. El caos está servido.

Plantas aparte, los principales animales invasores de España son las cotorras argentinas, los galápagos de Florida, los cerdos vietnamitas, los visones americanos, los mapaches, los lucios, los avispones asiáticos, los mejillones cebra y los cangrejos americanos. Pero la lista no se detiene, suma y sigue.

Raro es que paseando por una ciudad o por el campo no se cruce con alguno de ellos. Están por todas partes gracias a la inacción durante años de nuestros gobernantes. La voz de muchos que denunciamos el peligro que se nos venía encima no fue escuchada. Ahora ya no hay segundas oportunidades. Una vez llegan, se quedan.

Sin embargo, sí se puede prevenir la llegada de otras especies invasoras. Vigilar la entrada de todos y cada uno de los animales que acceden a nuestro país y multiplicar los medios contra el tráfico ilegal de especies, es esencial. También lo es prohibir la captura, cría, venta, compra y tenencia de animales exóticos, calificando todas esas acciones como delito. Además y por supuesto, hay que controlar las redes sociales, las webs dedicadas a su comercialización y, especialmente, algunos foros que son auténticos supermercados para el tráfico de especies.

Por último y dada la procedencia marítima de algunos de esos animales, hay que inspeccionar todo el transporte de aguas de lastre. Esas aguas son las que dan estabilidad a los grandes buques. Son extraídas del entorno en el que se encuentran al iniciar al viaje y, a menudo, soltadas en el lugar de destino. Hoy, por ejemplo, nadie duda de que esa fue la puerta de entrada a nuestros mares del famoso mejillón cebra. Eso es imprescindible controlarlo cuanto antes.

En fin, hay muchas cosas por hacer dentro de la prevención pero, si además se quiere curar la situación actual, hay que realizar capturas constantes y crear centros especiales para acogerlos, no para sacrificarlos. No es justo que paguen con sus vidas nuestros pecados. Proteger a los animales es actuar, posturear es sólo hablar y no decir nada.

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