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El PSOE corteja al PNV para poder salvar la reforma laboral con Cs si la izquierda se enroca

El secretario de Organización y el portavoz en el Congreso se reúnen este jueves en Bilbao con la cúpula nacionalista para buscar, como poco, su abstención | La flexibilización de la formación vasca es clave para que a Sánchez le pueda ser útil el apoyo de Cs. Unidas Podemos insiste en pactar solo con los socios

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, durante el debate de los Presupuestos de 2022.

Quince días para la votación en el Congreso de la reforma laboral. Los socios del Gobierno, ya han dejado negro sobre blanco los márgenes de negociación. Qué están dispuestos a ceder y qué no. Pero también han delineado los límites el PSOE y Unidas Podemos. Los morados tienen la vista solo puesta en la izquierda parlamentaria, y admiten que se puedan incorporar pequeños cambios. Pero Pedro Sánchez ha trasladado, a través de su equipo, que no quiere ningún cambio en el decreto, que es prioritario "preservar" el acuerdo alcanzado con patronal y sindicatos como está, sin introducir posteriormente enmiendas, y para ello explora las vías de camino con el bloque de investidura, pero sin desdeñar a Ciudadanos.

Pero para que la suma con los naranjas sea operativa, el Ejecutivo necesita como mínimo la abstención de los seis diputados del PNV. Un movimiento que intentará este mismo jueves, en una reunión en Bilbao. Justo al día siguiente del portazo y el aviso rotundo de ERC: no aceptará el texto "tal como está" ni vota "proyectos personales". Un mensaje inequívoco dirigido a la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz.

El portavoz socialista en el Congreso, Héctor Gómez, y el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, mantienen una comida de trabajo con el presidente de la formación 'jeltzale', Andoni Ortuzar, y con su representante en la Cámara baja, Aitor Esteban. Almuerzo en el que los cuatro estarán acompañados por el nuevo líder del PSE, Eneko Andueza, y su jefe del aparato, Miguel Ángel Morales. En Ferraz recuerdan que en noviembre Cerdán y Gómez se vieron con los dos dirigentes vascos en Madrid, y quedaron en "visitarles". Pero la entrevista en Bilbao se produce en un clima que los socialistas interpretan como más favorable: aprecian una cierta "flexibilización" en la postura del PNV.

Los nacionalistas exigen que se reconozca la prelación de los convenios autonómicos, pero esta misma semana Esteban admitía que "la base está hecha". "El acuerdo", apuntó, "en un porcentaje extenso, está hecho, pero algunas pequeñas modificaciones son asumibles y no rompen el núcleo del pacto y deberían salir adelante". "Vamos a ver qué nos plantea el PNV. Les vemos con otra actitud", indican en la dirección socialista a El Periódico.

La CEOE endurece su posición

El PSOE persigue la abstención o el voto favorable de la formación de Ortuzar, y también que se oponga a la tramitación de la reforma como proyecto de ley, que supondría la incorporación de cambios. Este punto es clave para Sánchez: no quiere perder a la patronal bajo ningún concepto, y esta advirtió este miércoles no solo que no aceptará que se toque "una coma" del texto acordado, sino que si hay modificaciones no se sentará en ninguna mesa de negociación más, tal y como informó El Periódico de España. "Hay que preservar el decreto tal y como está. Ese es nuestro compromiso", insistían a primera hora del día fuentes del entorno más próximo a Sánchez en el Gobierno.

PSOE y Unidas Podemos suman 154 votos en el Congreso, uno menos por la vacante no cubierta del diputado canario Alberto Rodríguez. La abstención del PNV permitiría a PSOE y Unidas Podemos (154 votos), llegado el caso, sacar la reforma con el sí de los nueve diputados de Cs y el respaldo de otras pequeñas formaciones, aun con el no de ERC y Bildu, los dos socios más duros. Los socialistas señalan que contarían con el apoyo del PDECat (4), Teruel Existe (1), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1), Partido Regionalista de Cantabria (1) y, como mínimo, la abstención de Más País (2), Compromís (1) y UPN (2). Síes y abstenciones que sumarían más que los noes de PP (89), Vox (52), Junts (4), CUP (2), BNG (1) y también de ERC (13) y Bildu (5).

Con esa combinación, la prueba estaría superada. Pero no es la suma que persiguen los morados. El equipo de Díaz rechaza que en la ecuación entre Cs, y están convencidos de que su sí ahuyentaría a otras formaciones. Y que, en todo caso, su apoyo sería pan para hoy y hambre para mañana, ya que quedan dos años de legislatura, muchas leyes (sociales) por sacar y que han de salir de las Cortes forzosamente con el respaldo de la izquierda parlamentaria. "Tiempo al tiempo. Quedan 15 días, y son muchos días. Es ahora cuando se ha entrado en la negociación. Y que el PSOE tenga claro que en esa negociación estamos nosotros también. Nosotros queremos cuadrar el círculo con los socios", replican en el círculo de la vicepresidenta a El Periódico.

Solo "maquillaje"

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, no ha hablado no obstante con Ciudadanos, pero tiene el encargo del presidente de hacerlo con todos los grupos. La estrategia del socio mayoritario, por tanto, pasa por la presión, por el desgaste de sus interlocutores, por apurar los plazos. Y tener disponible la carta de los de Inés Arrimadas baja automáticamente el precio de ERC. Los republicanos lanzaron un aviso muy rotundo este miércoles: hay margen para conseguir un pacto sobre la reforma laboral, dijo Gabriel Rufián en el Congreso, pero no aceptarán el decreto "tal como está" ni el compromiso del Ejecutivo de asumir sus demandas para más adelante.

"No es manía, es memoria. Lo que no cerremos ahora no lo haremos más adelante", aseguró, informa EFE. Es decir, que si no hay cambios en la redacción, ERC votaría en contra. Rufián acusó al Ejecutivo de "chantaje" y tachó de "mentira" que se haya estado negociando con ellos durante las navidades, porque las conversaciones solo empezaron hace dos días, y con el secretario de Estado de Empelo, Joaquín Pérez Rey. "Se han dedicado a presionar a nuestro entorno, no a negociar". La formación independentista insiste en que la reforma es solo "maquillaje". El portavoz mandó un recado a la vicepresidenta: "ERC no negocia ni vota proyectos personales, porque quizá esto es un proyecto personal de Yolanda Díaz".

Y es que la titular de Trabajo también se juega mucho en la aprobación de su reforma estrella, la que encarnará su mandato. Y un dirigente socialista desliza esta reflexión: "Que el gran proyecto de Yolanda salga con el apoyo de Cs le hace un enorme descosido".

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