La OSCE siempre ha estado muy orgullosa de sus músicos. Ha depositado en muchos de ellos la confianza de actuar como solistas. Es el caso de César Martín, clarinetista sobresaliente y uno de los pedagogos de este instrumento más renombrados de la provincia.

El sobrenombre de este concierto no se debe únicamente a la sinfonía de Haydn. Esta pieza tiene como particular final el hecho de que los músicos se despiden gradualmente del público y uno por uno salen del escenario. El Concierto para clarinete y orquesta de W. A. Mozart también tiene carácter de despedida, siendo esta obra una de las últimas del maestro de Salzburgo.