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Tomás Mayoral

OPINIÓN

Tomás Mayoral

Avaricia y capitalismo

Un lote de la vacuna AstraZeneca.

Al margen de la provocación de ese memo inteligente que es Boris Johnson (sí, se puede ser memo e inteligente al igual que se puede ser simpático y un completo gilipollas) cuando afirmó en una videoconferencia con los miembros de su grupo parlamentario, que luego quiso ocultar, que la mezcla perfecta para el éxito de una vacuna es avaricia y capitalismo, al margen de todo eso, lo duro de la boutade es la dolorosa verdad, políticamente incorrecta, que esconde. Jonhson, que es tonto, pero no es ningún tonto, habrá leído tanto a Adam Smith como a su adorado Churchill. Lo suficiente como para saber que el autor de «La riqueza de las naciones» tenía más de hermanita de la caridad que de economista primigenio. Ni hay «mano invisible» ni nada parecido cuando se une en un mismo cóctel cantidades indecentes de dinero, nacionalismo y salud. Especialmente si este cóctel lo corona la aceituna envenenada una pandemia temible.

Digo esto porque espero que el presidente Ximo Puig haya tenido en cuenta ese contexto, más propio de «Piratas del Caribe» que de «Contagio», en el que ha tenido lugar su videconferencia con Ricardo Rafael Suárez, responsable de AstraZeneca en España. Es de agradecer el gesto de Puig, pero supongo que ese intento extremo, por parte de un presidente autonómico que ni siquiera es el interlocutor directo con la empresa en los contratos a través de los cuáles deben llegarnos los viales, evidencia la desesperada situación en la que estamos metidos con las vacunas. Ojalá que las promesas que le hicieron ayer se cumplan, pero son demasiadas mentiras y engaños los que hemos sufrido y los que creo que sufriremos. Puig no se ha encontrado con una farmacéutica sino con la avaricia y el capitalismo más miserable que AstraZeneca representa hoy en día. ¿Qué podía salir mal de ese encuentro?

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