Cualquiera que vea detenidamente la programación del Teatro Principal de València preparada hasta Navidad podrá comprobar su escasa entidad. Cinco espectáculos que no ofrecen el nivel de excelencia que merecería el coliseo público más importante de la tercera ciudad de España.

La historia viene de muy atrás. Afortunadamente para la familia Fayos, propietaria del Teatro Olympia de la calle San Vicente. Un teatro que agota el papel como no lo hace ni por lo más remoto el Principal, y por donde pasan los montajes más populares, eso que siempre se ha llamado "teatro comercial".

En el Teatro Principal de la calle Barcas no hay déficit porque el riñón de las cuentas públicas puede con todo. No así su homónimo de Alicante, que desde hace mucho (desde los tiempos de Luis de Castro), debe hacer a la vez las funciones de Teatro Principal y Teatro Olimpya en Alicante. Pero sin el riñón cubierto por Diputación ni Generalitat.

El 1 de junio de 1984 la portada de este diario anunciaba la construcción de un nuevo teatro en la avenida de Maisonnave de Alicante con capacidad para 1.700 espectadores. Manuel Dopazo, autor de la información. Un día después, el 2 de junio, se publicaba en portada la fotografía donde se ubicaría dicho teatro: un almacén sito en la esquina con la calle Alemania. Pero aquello quedó en agua de borrajas.

Curioso recordar este dato casi cuarenta años después. Sabiendo cómo andan las cosas en el negociado teatral de la ciudad.