Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Manuel Piera

Cabeza Negra

Manuel Piera

Cien años y un día

Enrique Ortiz, a la derecha, en el palco esta temporada. | JOSE NAVARRO

Esa sensación de película vista. Esa insoportable levedad que el equipo transmite en todas sus líneas. Ese «déjà vu» continuo que supone cada partido. Esa casi certeza de saberse condenados irremisiblemente a penar por las catacumbas del fútbol. Ese estar harto ya de estar harto. Así es el Hércules que nos ha tocado en suerte.

Cuando a veces me pongo bizcochón viendo la Liga de las Estrellas y le cuento a mi hijo que hubo un tiempo en que estuvimos a un puñado de goles de jugar en Europa me mira como si estuviera viendo a un marciano. No me extraña, contemplando el lamentable espectáculo que se despliega ante nuestros incrédulos ojos temporada tras temporada.

Pero ya saben que Murphy es seguidor herculano, así que todo es susceptible de empeorar. El meneo que nos dio el Levante B el pasado domingo fue de los que deja cicatriz, a poco que hubieran estado acertados los cachorros granotas nos hacen seis. Nuestro portero fue el mejor del equipo contrario, nuestra defensa era superada por los delanteros levantinistas como los cuchillos atraviesan la mantequilla caliente, nuestra medular fue completamente inoperante, nuestra delantera digna de la Señorita Pepis, y nuestro banquillo permaneció en encefalograma plano. Partidazo.

Me cuesta pensar que realmente este sea el nivel de los nuestros, pero transcurridas ya siete jornadas de esta «terra ignota» de la Segunda RFEF me temo que Carmelo del Pozo lo ha vuelto a conseguir; un crac. El caso es que tenía cierta gracia que fuera Sergio Mora justo el entrenador número cien en nuestra centenaria historia, tal y como desveló Ramón Pérez en esta misma sección hace unos días, pero me huelo que no llega siquiera a la rueda de prensa donde se presenta la efeméride. Lástima. Claro que también podíamos hacer caso a aquel aforismo que dice que «si quieres obtener resultados distintos no hagas siempre lo mismo».

Recapitulando estos últimos diez años de «tardoenriquismo», vemos que hemos cambiado entrenador, secretario técnico, preparador físico, servicios médicos, psicólogo, nutricionista y hasta hemos experimentado con no tener presidente. ¿Podríamos probar a cambiar de propietario? Digo yo que peor no íbamos a estar. Igual hasta guardábamos un minuto de silencio cuando fallecía nuestro socio número uno.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats