Una noche con ella
TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE
** ½
Autor y director: Juan Luis Iborra
Ella es la famosa actriz Loles León con esa naturalidad y cercanía que atraen a su público. Una representación para recordar cuestiones de color diverso, desde su infancia en Barcelona (nació en 1950) hasta hoy, con canciones, bailes y algunas escenas a su medida. El estilo del cabaré funciona en un entretenimiento creado y dirigido por Juan Luis Iborra, donde la realidad y la ficción se unen.
Loles despliega sus alas en «Una noche con ella», que ofrece la buena compañía de Fran del Pino y Briel González por sus formas dancísticas y sus voces. Yeyo Bayeyo subraya las emociones con el piano. Y el espectáculo permite la posibilidad de integrar elementos, anécdotas nuevas, lo cual significa que Loles León puede, al margen de otros trabajos, no echar el cierre a este vehículo del alfasino Iborra para su entrañable amiga.
La magia del teatro es un reflejo de la vida e incluso admite cambiar lo que menos guste. Así lo lleva a cabo esta niña mayor con simpatía no exenta de ternura. Cambios de vestuario, chascarrillos y picardías añejas. A los cinco años ya quería ser artista. Recaló en un grupo de teatro independiente en contra de lo establecido. Le gustaban «las putas y los maricones» o el travestismo, que en este caso practican sus dos acompañantes.
Fue a Madrid sola y, pese a los obstáculos por ser mujer, se le abrieron puertas. Paco Umbral la vio en un café cantante y la elogió en un artículo del 27 de marzo de 1987, según recuerda. Planea el miedo a que se esfume la suerte y canta «Aquellas pequeñas cosas», de Serrat, y el bolero «Canción del alma». La música ha sido siempre uno de sus grandes estímulos.
Recuerdan «Achilipú», «Vete» o «Yo no te pido la luna». La «chica Almodóvar» echa la vista atrás con «Mujeres al borde de un ataque de nervios», nominada al Oscar, y el viaje de todo el equipo a Hollywood. Evoca a Federico García Lorca con su poesía «Gacela del amor desesperado». El diseño de iluminación del alicantino Juanjo Llorens, la coreografía de Luis Santamaría y la escenografía de Eduardo Moreno aportan notables puntos.
