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La capitalidad verde europea requiere más compromisos

LA CAPITALIDAD VERDE EUROPEA REQUIERE MÁS COMPROMISOS

LA CAPITALIDAD VERDE EUROPEA REQUIERE MÁS COMPROMISOS / Joan Antoni Oltra Soler

La Comisión Europea, en 2008, creó los premios Capital Verde Europea. Y lo hizo ante la evidencia de que, en gran parte, la población europea vive en ciudades y eso supone que pueda estar muy afectada por muchos retos ambientales como, por ejemplo, la contaminación del aire o del agua, los altos niveles de ruido o la disminución de la biodiversidad, según proclamó en su momento.

Por ello, y con estos premios, se pretende, textualmente, promover las mejores soluciones y demostrar que existen ciudades ecológicas y sostenibles que puedan servir de modelo para otras. Se otorga, cada año, a una de las ciudades de más de 100.000 habitantes que haya presentado su candidatura, y se comprometa a trabajar por esos objetivos.

La distinción correspondiente a 2024 recayó en la ciudad de València. Es innegable el cambio, a mejor en sostenibilidad, que se ha producido en dicha capital en los últimos años, especialmente durante el mandato de Joan Ribó, de Compromís, como alcalde, y así lo ha ratificado Europa.

En Elx, en 2017, el Ayuntamiento aprobó, por unanimidad, solicitar ser candidata para Capital Verde Europea 2030. Se preparó una importante campaña mediática para dar a conocer el proyecto, y se fijaron toda una serie de objetivos. El balance del anterior equipo de gobierno permitió determinados avances, muchos parones e, increíblemente, algunos retrocesos (mercado en la zona verde de la ladera, por ejemplo). Nunca pareció que todo el Ayuntamiento compartiera el esfuerzo por conseguir los objetivos, a veces parecía que, con repetir el lema, poner anuncios, banderolas, etc., era suficiente para una parte del equipo de gobierno.

Con el cambio de gobierno municipal, en 2023, y el acceso de PP y Vox, se ha observado no sólo una ralentización en el tema sino, claramente, una regresión en muchos aspectos (la lucha contra los carriles bici, en una ciudad candidata, será difícil de entender donde estas cosas se deciden). Recordemos que una de las patas del equipo de gobierno (Vox), hasta niega que exista el cambio climático, y que la otra (PP) es muy influenciable ante cualquier «desaire», nunca mejor dicho, que sus socios le hagan.

Por ello ha resultado muy oportuna la propuesta que la concejala Esther Díez, de Compromís, presentó al Pleno del pasado lunes para comprobar si el Ayuntamiento se ratificaba en el objetivo de conseguir que Elx fuera Capital Verde Europea 2030. El resultado de la votación es esperanzador: El PP se ha unido a Compromís y PSOE para declarar que dicho objetivo sigue siendo válido. Sólo Vox se ha quedado atrás, absteniéndose.

Con este resultado se debe poner todo el Ayuntamiento a trabajar para conseguirlo. No sólo por lo que supondría de reconocimiento a esta ciudad en estos temas sino porque, y es lo importante, evidenciaría que Elx se ha transformado en un mejor municipio, con mayor calidad de vida y más sostenible, y un futuro garantizado para todos.

Pero ello exige priorizar cuestiones que, hasta ahora, no siempre han gozado de la simpatía municipal, así como implicar a otras administraciones y a toda la ciudadanía. Y queda poco tiempo.

Y no se puede defender la Capitalidad Verde Europea cambiando la Ley del Palmeral para facilitar más edificación en su zona de amortiguamiento, ni llenando sus bancales de herbicidas para que no haya ni una «matita». Ni una Zona de Bajas Emisiones sin exigencias ni sanciones. Y sin tratar adecuadamente todos los RSU, ni las aguas depuradas. Con un río que, menos agua adecuada, trae de todo. Con espacios como El Hondo con muy frágil equilibrio. Con una apuesta descarada por el coche frente a otros medios alternativos (TRAM). Con miedo a las peatonalizaciones. Mayor control de la contaminación ambiental y del ruido, etc.

Mucho trabajo pendiente, y desde hace años. O se conecta el Ayuntamiento para conseguirlo, o se quedará sin batería rápidamente. Y sería una lástima.