Rencillas familiares

Título: LA CASA

Director: Álex Montoya

Duración: 83 minutos

Valoración: XXX

Adaptar al cine cualquier novela gráfica de Paco Roca es un reto muy serio. Se realice en versión animada, como fue el caso de ‘Arrugas’ (2011) a cargo de Ignacio Ferreras o con actores, opción que ha elegido Álex Montoya, en el que es su tercer largometraje tras ‘Lucas’ (versión alargada de su corto del mismo título) y ‘Asamblea’. Sería muy buena noticia para el cine valenciano que esta película contase con una buena visibilidad entre el público, a diferencia de las anteriores. La acogida en el Festival de Málaga fue entusiasta y tocó el corazón de los espectadores. El tema que aborda Paco Roca no puede ser más universal: el reencuentro de los hijos en el que fue caserón familiar tras la muerte del padre, y las rencillas que surgen entre ellos.

Respetando con pulcritud la esencia del material de origen, a Álex Montoya lo que le interesa es indagar en la radiografía de los personajes. El director vuelve a aprobar con nota en el apartado de dirección de actores, que es su fuerte. Para ello cuenta con un casting coral donde nadie desentona, en el que se hacen dueños de la función los dos hermanos que interpretan David Verdaguer y Óscar de la Fuente, sobre todo este último, que tiene un par de secuencias que le valdrán con toda seguridad la nominación al Goya al actor de reparto (prodigiosos desnudos interiores).

Cuestión aparte es la idoneidad de convertir por obra y gracia de un casting en hermanos de sangre a un señor con acento catalán y a otro de Medina del Campo (ojo con Medina, que es uno de los templos de veneración del cine patrio). Dirán que el cine es una convención y que lo importante es que los actores sean de excelencia. Pero teniendo en cuenta que una película pequeña, íntima, de cámara, como es ‘La casa’ reposa estrictamente en los lazos de sangre y hasta dónde pueden llegar las envidias y distanciamientos fraternales, no es baladí cuidar estos extremos. 'La casa' es una delicia en sus detalles, sus réplicas y sus silencios. Cuando apunta aquellas pequeñas cosas que nos hacen llorar cuando nadie nos ve.