Opinión

Eurovisión, ayer

Mery Bas, vocalista de Nebulossa, junto a los bailarines César Louzán e Iosu Martínez en el escenario de Eurovisión 2024

Mery Bas, vocalista de Nebulossa, junto a los bailarines César Louzán e Iosu Martínez en el escenario de Eurovisión 2024 / EUROVISIÓN.TV

El Festival de Eurovisión no fue tratado del mismo modo por TVE. Todo dependió de las épocas. Pilar Miró desterró su final del sábado al UHF (antes de que se llamase La 2). Pero hubo una época prehistórica, o no tanto, al principio de la década de los ochenta, en la que la programación de tarde en La 1 cerraba sus emisiones entre las cinco y las siete, cuando los eurofans y asimilados vivíamos un ritual muy curioso que deseo compartir con las nuevas generaciones X y Z.

Al acabar la emisión de sobremesa, en torno a las cinco de la tarde, durante las jornadas previas a la celebración del Festival y cumpliendo las bases del concurso según las cuales las televisiones de los países participantes debían emitir previamente las canciones de todos los países, cada jornada nuestro primer canal emitía de corrido cuatro temas de otras tantas naciones, tras los que la pantalla fundía a negro. Había que estar muy enterado y ser un acérrimo seguidor del Eurofestival para no perderse esta cita que pasaba desapercibida para la mayoría de espectadores. Tengamos en cuenta que las emisiones de la Primera, como se conocía entonces, finalizaban con la serie de turno, descansando un par de horas hasta que daba inicio la franja infantil, y que el UHF no arrancaba hasta pasadas las siete de la tarde.

Los eurofans no hacíamos tanto ruido como en la actualidad. Éramos unos raros que vivíamos la procesión por dentro, por lo menos en España. TVE cubría el expediente emitiendo estas canciones en un horario extemporáneo y nosotros no éramos más que unos frikis sólo comprendidos por nuestros iguales. Ahora vivimos en el otro extremo. En lo musical ha empeorado. Sin embargo España saca pecho del evento con una heroicidad que roza lo grotesco.