Hay lugares que tienen una magia especial en esta época del año. Ciudades centroeuropeas que brillan con sus mercados tradicionales, grandes capitales para enloquecer con sus escaparates y su oferta cultural o destinos inesperados que sorprenden por su creatividad. Aquí, ocho ideas para inspirarse.

Se enorgullece de sus árboles decorados, tanto los tradicionales como los menos convencionales de las casas de moda. La Ciudad de la Luz también brilla mucho más en Navidad, sólo hay que recorrer los Campos Elíseos, la avenida Montaigne, la plaza Vendôme, Montmartre o el antiguo mercado vinícola de Bercy. Hay tiovivos gratuitos en los barrios.

La ciudad colombiana, que está floreciendo gracias a la cultura y a la mejora de la conexión entre barrios, cuenta con uno de los alumbrados navideños más sorprendentes del mundo. Más de 100 puntos de la ciudad se iluminan con 31 millones de bombillas led y 40.000 figuras hasta el 11 de enero. El 16 de diciembre empieza la Novena de Aguinaldos, una ronda de regalos (y de juegos para ganárselos) que se alarga hasta el día 24.

No hay Navidad holandesa sin las galletas de jengibre, pimienta y especias llamadas pepernoten. Y entre bocado y bocado, se puede pasear por los mercadillos de estilo inglés de Leidseplein y Koningsplein, los gastronómicos ubicados en antiguos edificios industriales (foodhallen), como el antiguo depósito de tranvías, y puestos de souvenirs como el de Westergasfabriek. Hasta el 17 de enero se celebra la cuarta edición del Festival de la Luz, con instalaciones, esculturas y proyecciones de luminosas de artistas de todo el mundo. Una de las más originales, en el río Amstel, será Northern Lights, de la sueca Aleksandra Stratimirovic. En Utrecht, a 50 km, se puede disfrutar de un recorrido por los principales monumentos del mundo convertidos en estatuas de hielo.

Una imagen de la preciosa ciudad de Ámsterdam con luces navideñas. (Magazine)

En esta ciudad italiana a los pies del Vesubio puede decirse que todo el año es Navidad. En la Via San Gregorio Armeno, los artesanos siguen creando, como en el siglo XVIII, las hermosas, realistas y últimamente irónicas figuras de los belenes napolitanos. En Navidad esta vía se divide en dos con vallas de seguridad para poder organizar las oleadas de gente que suben y bajan por ella. Los pesebres históricos más célebres son el Cuciniello (museo de San Martino) y el del Banco di Napoli, en el palacio Real.

Otro de los planes románticos de los visitantes es patinar bajo el árbol de Navidad del Rockefeller Center, pero en la ciudad hay más pistas de hielo, como la de Bryant Park, gratuita y rodeada de rascacielos.

El árbol de Trafalgar Square, nadar el día de Navidad en el lago Serpentine, los fuegos artificiales desde el London Eye, el desfile de Año Nuevo... son opciones clásicas de un destino clásico. Menos conocido es el Museo Geffrye (gratis), que hasta el 3 de enero decora sus habitaciones de época para ilustrar cómo la Navidad se ha celebrado en los últimos 400 años.

Cumple con todas las expectativas: un paisaje urbano (arquitectónico y humano) fascinante que aún vibra más bajo las bombillas de colores, un paraíso para compras compulsivas y una oferta cultural y artística casi inabarcable. El show Radio City Christmas celebra su 88.º aniversario de precisas coreografías, y otro clásico en estas fechas es el Cascanueces, cuyas representaciones se cuentan por docenas, desde la versión hip-hop hasta una erótica, sin olvidar la danza clásica del Ballet de Nueva York.

Los vecinos de Nueva York disfrutan mucho en las pistas de patinaje. (Magazine)

Si no se encuentra el regalo buscado en el West End (Bond Street, Carnaby St., Regent St., Covent Garden), en Cockpit Arts Christmas Open Studios (18-22 Creekside), hay piezas únicas de 170 diseñadores independientes. ¡Ah! Y las rebajas empiezan el 26 de diciembre.

En la ciudad de Mozart y en Oberndorf, donde nació el villancico Noche de paz, la música se siente en todos los rincones. Destacan los conciertos de Fin de Año en la Gran Casa del Festival, la fortaleza Hohensalzburg, el castillo de Mirabell y el Landestheater.

Gótico y barroco, la Dama del armiño de Da Vinci y vino caliente contra la nieve en la plaza medieval más grande de Europa, Rynek Glown. En Polonia la Navidad se alarga hasta finales de enero.

Un niño posa sonriente con un regalo navideño. (Magazine)