El Saladar de Xàbia es casi un milagro. A estas alturas, lo más fácil era que aquí se hubiera construido una gran urbanización. De hecho, hay un proyecto de 1.700 viviendas que lleva años esperando su momento. Pero, mientras tanto, esta antigua albufera, que hasta los años 60 del pasado siglo tuvo uso agrícola (contaba con once norias y balsas y acequias de riego), vive una incipiente recuperación espontánea. Basta que llueva para que estas antiguas salinas, que ya funcionaban en época romana, recobren su esplendor natural.

El Saladar es un ecosistema singular. Los primeros convencidos son dos de los principales expertos en la comarca en sus respectivos campos. El biólogo Jaume Soler, que es un gran conocedor de la flora en Xàbia y en la Marina Alta, y el arqueólogo municipal de Xàbia Joaquim Bolufer han realizado un estudio sobre los recursos ecológicos y la riqueza etnológica de un antiguo marjal que, al estar situado junto a la playa de l'Arenal, en la zona más turística del municipio, soporta una fuerte presión urbanística. Los dos autores del estudio lo presentaron el pasado viernes en la Fundació Cirne. Ambos coinciden en que el Saladar debe preservarse. De ahí que planteen que en el nuevo PGOU de Xàbia, que ahora se está redactando, esta zona se clasifique como no urbanizable de especial protección, pero compatible con los usos agrícolas. También plantea que el ayuntamiento solicite a la Generalitat Valenciana que declare el Saladar Paisaje Protegido.

Jaume Soler destacó la singularidad de este marjal, en el que la duna fósil del litoral del Segon Muntanyar funciona como restinga. Este biólogo subrayó que "la importancia de la diversidad de flora del Saladar reside en su rareza en el entorno comarcal y, en general, en el territorio valenciano". Dijo que aquí se encuentran tres especies incluidas en el Catálogo Valenciano de Flora Amenazada, que son la parentucellia viscosa, el limonium interjectum y la cressa cretica. Con todo, recalcó que lo más importante es que en esta albufera se localizan cuatro ecosistemas protegidos por la Directiva Hábitats de la Unión Europea.

El estudio aboga por crear "un museo al aire libre reconstruyendo las actividades humanas" del Saladar (la más importante fue la salinera). También admite que este humedal es ahora "un espacio degradado". Ya no hay cultivos. Pero su riqueza natural es innegable y alberga vestigios históricos de la Xàbia de no hace tanto.