Uno de los mayores atractivos del verano son las numerosas calas tranquilas y recónditas, poco frecuentadas por sus difíciles accesos, que se encuentran en el litoral valenciano. Algunas de aguas azules, claras, cargadas de vegetación y en su mayoría pedregosas, donde poder practicar deportes acuáticos sin multitudes.

A continuación te proponemos cinco de las más aisladas donde pasar una jornada estival lejos de las aglomeraciones vacacionales, donde además, podrás practicar buceo, snorkel o simplemente darte un baño y tomar el sol alejado del bullicio.

Cala del Moraig

Este lugar se encuentra en Benitatxell, en la comarca de la Marina Alta, y más concretamente en la pedania de La Cumbre del Sol. Dispone de parking, además de zona de buceo, senderismo y chiringuito para tomar algún refresco o comer. Esta pequeña y preciosa cala entre montañas, pedregosa, con aguas azules dispone de unas vistas privilegiadas.

Cala D'Aigua Dolç

Su acceso es más limitado, pero sus aguas cristalinas merecen la pena. Desde Dénia, se accede por la carretera de les Rotes, hasta llega al mirador. Allí se encuentra un camino a pie que lleva a unas escaleras pronunciadas que descienden del acantilado hasta el mar.

Cala Pinets

Situada en otro de los parajes más peculiares del litoral de la Marina, como es la denominada 'Mar Morta'. Junto a la carretera que va de Moraira a Calp se encuentra este paraje de arena y roca. Sus rocas y la profundidad de sus aguas trasparentes permiten disfrutar de una jornada de buceo y snorkel. Su acceso puede ser a pie desde la cala de la Fustera (unos cinco minutos aproximadamente) o en coche. La cala Pinets está rodeada de un paisaje natural que merece visitar.

Cala Tío Ximo

Situada entre escarpados acantilados, combina sus espectaculares vistas con la vegetación de la Sierra Helada. Es una playa nudista, de tamaño reducido y muy tranquila, perfecta para escapar de los agobios de playas más turísticas.

Cala Pebret

Al acceder a la idílica playa de Pebret -nada que envidiar a la cala más recoleta de Menorca o Formentera- hay que hollar un pequeño campo de dunas, uno de los últimos vestigios de este ecosistema en el litoral castellonense. En la sierra de Irta huele a romero y tomillo, a salvia y espliego. Muy tranquila, accesible y familiar. Ideal para disfrutar en familia y descubrir el entorno que le rodea.