El agua cristalina que baña las playas y calas de Ibiza es uno de sus mayores atractivos. La transparencia se debe a la posidonia oceánica, reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

A continuación, te proponemos cinco destinos que deberás anotar en tu agenda para visitar en tus próximas vacaciones de verano y disfrutar de los mejores planes de Ibiza.

Ses Salines

Conocida como la playa de los famosos, Ses Salines es uno de los lugares más frecuentados por personajes públicos y turistas durante sus vacaciones de verano en la isla. Los estanques de sal, las torres de defensa, unas dunas interminables y una panorámica única de Formentera son solo algunos de los atractivos que regala esta playa mediterránea perteneciente al municipio de Sant Josep.

Su profundidad es escasa, algo que la diferencia del resto de playas ibicencas.

Chiringuitos, servicios para practicar deportes acuáticos, alquiler de hamacas y sombrillas y baños, son algunos de los servicios que ofrece la conocida playa.

Platjes del Compte

El famoso islote ubicado en medio del mar es la principal característica de esta cala perteneciente al municipio de Sant Josep. Actualmente, es uno de los destinos más frecuentados por los turistas, atraídos por el agua cristalina y las finas y nacaradas arenas que ofrece este maravilloso rincón veraniego.

La playa está dividida en dos calas: Cala Conta y Es Racó d'en Xic. Ambas se encuentran separadas por un chiringuito, que ofrece una panorámica.

Cala Bassa

La pureza de sus aguas cristalinas y sus bosques de pinos, sabinas y tamarindos que la rodean, son los rasgos más significativos de la playa ibicenca, cada vez más frecuentada por personajes públicos.

Situada en el oeste de la isla, Cala Bassa dispone de restaurantes, chiringuitos, servicio de hamacas, sombrillas y baños. Además, está comunicada por una línea de autobús.

Benirràs

Caracterizada por la fiesta de los tambores que protagonizan los hippies todos los domingos del verano, la playa de Benirràs está rodeada de extensos pinares y ofrece unas fantásticas puestas de sol detrás de una roca con forma peculiar, conocida popularmente como 'el dedo de Dios'.

Es recomendable llevar algún tipo de calzado que evite rozaduras, ya que aunque hay arena es una cala con piedras.

Servicios como el aparcamiento asfaltado o las duchas gratuitas, fueron reconstruidas tras el incendio ocurrido en 2010. Además, la playa dispone de bares y restaurantes donde es posible disfrutar de los platos culinarios más típicos de la cocina mediterránea.

Cala Salada

Rodeada por un entorno verde prácticamente sin urbanizar, Cala Salada es una de las playas más visitadas y un lugar habitual de fondeo de yates. Formada por dos pequeñas calas, ambas están orientadas a Poniente, por lo que permiten disfrutar de bellas puestas de sol. Además, también cuentan con vistas a la Illa sa Conillera, el mayor islote ibicenco.

Cala Salada y Cala Saladeta se encuentran separadas por un sinuoso sendero rocoso, que puede ser atravesado por los turistas y residentes más valientes. Sin embargo, hay un camino más fácil subiendo la montaña, que permite acceder a Cala Saladeta de manera más rápida y cómoda.