«Hay que revalorizar la Constitución, porque da para muchos más acuerdos que a los que están llegando en la actualidad los políticos». Esa fue una de las numerosas y contundentes sentencias que dejó ayer el que fuera presidente de las Cortes Valencianas y del PSPV, Antonio García Miralles, en el transcurso de la presentación en el Club INFORMACIÓN de su libro autobiográfico «Lo que sé de mí». El acto fue un auténtico acontecimiento, dado que convocó a una amplia representación institucional encabezada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, o de la Diputación, Carlos Mazón, así como a numerosos ex cargos políticos, principalmente socialistas, entre los que se encontraba el antiguo jefe del Consell, Joan Lerma.

El director general de Contenidos de INFORMACIÓN, Juan Ramón Gil.

El acto, que fue presentado por el director del Club INFORMACIÓN, Toni Cabot, se desarrolló en un salón que, cumpliendo con las medidas de distanciamiento impuestas por la pandemia, se quedó pequeño ante la avalancha de solicitudes de asistencia. «Lo que sé de mí» recoge la trayectoria política de García Miralles en el período de tiempo transcurrido entre 1959 y 1983. El embrión del libro fue el acto de inauguración de la exposición «Nosaltres. 30 anys de l’Estatut d’Autonomia», que tuvo lugar en el Museo de la Universidad de Alicante en 2012, a raíz de un encargo de la Presidencia de la Generalitat al Vicerrectorado de Cultura, Deportes y Política Lingüística de la propia UA.

Renate Inhauser y Ana Barceló.

Así se encargó de recordarlo ayer el que por aquel entonces era director del Archivo de la Democracia de la Universidad, el profesor Francisco Sevillano, quien destacó que en la comida posterior, a la que asistió García Miralles, se empezó a cocer la posibilidad de editar el libro. Así, fue el propio Sevillano el que se encargó de realizarle seis entrevistas entre 2013 y 2017, que después transcribió para dar forma al volumen que acaba de ser editado.

El director de INFORMACIÓN, Tomás Mayoral; la rectora de la UA, Amparo Navarro; y Puig, en la fila de butacas.

La siguiente en intervenir fue la actual rectora de la UA, Amparo Navarro, quien definió como «éxito» la gestión que se hizo de este encargo, sobre la base de que «permite conocer más de cerca cómo fue la transición tanto española como valenciana». Además, calificó el libro de «muy alicantino», por el propio protagonista del mismo, como por las personas que han intervenido en su elaboración. Sobre García Miralles, dijo que «es un político de bien, un hombre de estado, que ha aplicado siempre su filosofía de odio a la guerra y amor a los pobres».

Ciprià Císcar, Juan Antonio Gisbert y Joan Lerma.

Por su parte, el director general de contenidos del diario INFORMACIÓN, Juan Ramón Gil, no dudó a la hora de señalar que ningún político alicantino como García Miralles «ha sido tan determinante. Contribuyó desde la plaza y el palacio a la recuperación de nuestra autonomía. Nadie influyó tanto sin tener presupuesto». Además, destacó las cualidades de las que ha hecho gala a lo largo de toda su trayectoria, como «la lucha contra las desigualdades, la capacidad de escuchar y ponerse en el lugar del otro, y también la capacidad de observar y negociar. Ha sido un referente político de primer orden durante cuatro décadas».

Por otro lado, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, subrayó que «Antonio es alguien que ha tenido una visión clara de que lo primero de todo es la democracia». Un ejemplo a seguir en estos momentos en los que, añadió, «hay tanta furia y rencor. En la política debe haber adversarios, no enemigos». Destacó «su defensa de la institucionalidad», y recordó que, pese a tener como amigos a personalidades como Felipe González o Alfonso Guerra, «siempre puso por encima la razón de Estado y de país. Nunca ha hecho gregarismo y tomado decisiones más allá de sus afectos». Puig, asimismo, reseñó que García Miralles fue de los pocos valencianos «que estuvo donde se coció el futuro de España, al tiempo que se convirtió en un anclaje fundamental para el autogobierno de la Comunidad».

La foto de familia que se hicieron los representantes de INFORMACIÓN y del Consell junto a históricos socialistas con el expresidente del PSPV

Y, tras todos esos halagos, fue al propio García Miralles al que le correspondió el uso de la palabra. Recordó su infancia en Castalla, y cuando acudiendo a catequesis y compartiendo bocadillos con otros niños necesitados tomó conciencia de la desigualdad y empezó a identificarse con los más débiles. También de cuando subía al Maigmó y admiraba el paisaje situado a sus pies, «lo que me hizo pensar que estaba en una provincia plural y diversa».

Con la muerte de Franco, añadió, tuvo claro que «lo importante en España es que hubiese una paz duradera, y que eso solo sería posible con la reconciliación. No podíamos llegar ahí con una toma de la Bastilla, sino a través del pacto. Y por eso trabajé por un socialismo democrático, por luchar por ganar unas elecciones convenciendo a la gente». En este sentido, recordó «la suerte que tuve de entrar en la ejecutiva federal del PSOE en 1976. Éramos 17 personas que trabajábamos para construir una democracia y hacer la Constitución». Y a esa Constitución se refirió, indicando que « es reformable, pero hay que revalorizarla porque da para muchos más acuerdos que los que se están alcanzando en la actualidad».

Antonio García Miralles, con el presidente de la Diputación, Carlos Mazón.

García Miralles está desencantado con la política actual. Según sus palabras, «la democracia requiere de demócratas, pero no basta sólo con decirlo. Hay que ser honrados no sólo desde el punto de vista de la corrupción, sino también desde el planteamiento de las ideas. Y no asistir a espectáculos como si de fichajes de Messi o Cristiano se tratara, en que cualquier persona se pasa de un partido a otro de forma vergonzante». Para el expresidente de las Cortes, «hay que bajar el tono y guardar respeto por las instituciones y el adversario. No puede ser que el que la diga más gorda gane, porque así no se puede construir la España del futuro. El Parlamento debe ser un lugar para defender posiciones, pero también para llegar a acuerdos y consensos».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante su intervención, junto a García Miralles. miguelVilaplana

Un amplio respaldo social y político con muchos representantes históricos del socialismo

La presentación del libro de Antonio García Miralles se convirtió en todo un acontecimiento tanto político como social, al que asistió una amplia representación social e institucional, así como a un amplio abanico de históricos socialistas. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, fue el encargado de encabezar una destacada comitiva del Gobierno autonómico en la que figuraban las conselleras de Sanidad e Innovación, Ana Barceló y Carolina Pascual, respectivamente, así como el conseller de Hacienda, Vicent Soler. También se encontraban entre los asistentes el presidente de la Diputación y del PPCV, Carlos Mazón, y el alcalde de Alcoy y portavoz del PSPV en la propia institución provincial, Toni Francés.

También acudió la subdelegada del Gobierno, Araceli Poblador; el alcalde de Elda y presidente de la Federación Valenciana de Municipios, Rubén Alfaro; el Síndic de Greuges, Ángel Luna; el alcalde de Elche, Carlos González; y la actual presidenta del PSPV, Juana Serna. También la delegada del Consell en Alicante, Antonia Moreno; el exsenador Ángel Franco; la secretaria autonómica de Cooperación y Calidad Democrática, Toñi Serna; la directora general de Análisis y Políticas Públicas, Ana Berenguer; el diputado Alejandro Soler y el senador José Asensi.

Entre los antiguos cargos socialistas destacaba la figura del expresidente de la Generalitat, Joan Lerma, así como la de los exconsellers Martín Sevilla, Luis Berenguer, o Ciprià Císcar, y del antiguo presidente de la Diputación, Antonio Mira-Perceval. 

La representación de la Universidad de Alicante la encabezaba la rectora Amparo Navarro, junto al editor del libro, el profesor Francisco Sevillano. También se encontraban algunos empresarios entre los asistentes, destacando entre ellos el presidente de la naviera Baleària, Adolfo Utor.