Sostenibilidad, transformación digital y llegada de fondos europeos. Son los tres grandes ejes en los que los grandes ayuntamientos de la provincia tienen puesto el foco en los próximos años. Así lo pusieron de manifiesto los alcaldes de Alcoy, Orihuela, Dénia y Elda que participaron en el Foro de Municipalismo organizado por INFORMACIÓN. Los regidores reclamaron poder participar activamente en esos fondos que distribuirá el Gobierno central. Mientras que los regidores socialistas, los de Alcoy, Toni Francés, Dénia, Vicent Grimalt, y Elda, Rubén Alfaro, pusieron en valor la «apuesta decidida», dijeron, del Ejecutivo de Pedro Sánchez por el municipalismo y, consecuentemente, en que será generoso con la distribución a los municipios de las ayudas europeas Next Generation, el regidor oriolano, el popular Emilio Bascuñana, pidió «transparencia» en el reparto y la mayor aportación posible a los ayuntamientos. «No podemos admitir opacidad en una administración pública o gobierno», recalcó. 

Los consistorios tienen muchas esperanzas puestas en la llegada de esas ayudas desde Europa. En ellas confían para su transformación digital, las llamadas smart city, y para planes sociales como el que Alcoy destinará al parque público de viviendas. «Gracias a los fondos europeos muchas ciudades vamos a hacer en tres años las transformaciones en las que en circunstancias normales tardaríamos diez», afirmó Toni Francés. Por su parte, el eldense Rubén Alfaro señaló la importancia de que los ayuntamientos cuenten con herramientas y un departamento dedicado a fondos europeos para articular las ayudas y, así, «alinearse» con los objetivos que marca Bruselas para obtenerlas. «Si no somos capaces de acceder a financiación externa, solo con fondos propios no podremos desarrollar muchos retos», enfatizó Alfaro. 

El alcalde de Dénia, por su parte, puso de relieve la acción cercana de la Administración local, que no tienen el resto, y que «permite conocer de primera mano las necesidades y problemas de nuestros ciudadanos», señaló Vicent Grimalt. El dianense resaltó el papel de los ayuntamientos en la participación ciudadana y puso como ejemplo los presupuestos participativos. «No hay administración más efectiva y eficaz que aquella en la que se implica a cada ciudadano», resaltó. 

La búsqueda de la sostenibilidad fue otro de los objetivos en los que los cuatro regidores coincidieron. Mientras que el alcalde dianense apostó por entornos «más habitables y amables», recuperando espacios públicos «ocupados por coches» para las personas, el alcoyano señaló a los ayuntamientos para que impulsen «actuaciones valientes» para corregir el efecto invernadero, como la peatonalización o la movilidad sostenible. Por su parte, el regidor eldense incluyó, en este sentido, una política de vivienda pública «clara y desburocratizada», y el oriolano reclamó la continuidad del trasvase Tajo-Segura como «la mejor herramienta» para luchar contra el cambio climático y la desertización.

En paralelo, si Grimalt reclamó más competencias propias para los ayuntamientos dentro de una segunda descentralización, Bascuñana abrió otro melón, el de los servicios consorciados entre los municipios, para optimizar recursos. El oriolano fue más allá al plantear, incluso, la integración de los municipios más pequeños en los grandes para mejorar la eficiencia en la gestión. 

Más recursos para carencias históricas en la Vega Baja


El alcalde oriolano, el popular Emilio Bascuñana, fue el más reivindicativo. Reclamó más recursos de los gobiernos central y autonómico para paliar la carencia histórica de buenas comunicaciones por carretera y ferrocarril que vertebren la Vega Baja, y la de infraestructuras hidráulicas para gestionar «tanto las sequías, como las inundaciones». Denunció que, dos años y medio después de la DANA, «aún están pendientes esas obras». Para el regidor, la prioridad de la comarca no es invertir 800 euros en «desalar agua», sino destinar ese dinero a esas infraestructuras y criticó que el Plan Vega Renhace no se haya materializado «ni en cantidad, ni plazos». Emilio Bascuñana apostó por una reforma de la financiación para paliar la deuda histórica del Consell con su municipio. «Orihuela ha dado su sangre y su vida por la Comunidad, y no nos sentimos correspondidos», zanjó. r.m.