Viajar también puede ser un producto de primera necesidad. Así lo ha entendido la Fiscalía de Alicante para acusar al dueño de una agencias de viajes, Juan Pablo M. D., que hace cerca de un año cerró sus puertas dejando plantados a cerca de 200 clientes que habían contratado vuelos para reunirse con sus familias durante las vacaciones de Navidad en Sudamérica. El Ministerio Público le reclama una pena de siete años de cárcel, al considerar que se trata de una estafa que afecta a bienes esenciales, como viviendas y productos de reconocida utilidad social. La cuantía del fraude ascendió a poco más de 200.000 euros.

Los hechos ocurrieron en noviembre del año pasado cuando muchos de los perjudicados que viven en Alicante ya estaban planificando unas navidades para pasarlas con sus familias en Sudamérica. Al menos 162 personas habían acudido a la agencia del acusado, Viajes Agur, sita en la calle José Gutiérrez Petén de Alicante y en la que se ofertaban vuelos desde España a estos países. Los clientes habían reservado sus billetes entre los meses de verano y noviembre, pasajes por los que llegaron a pagar por adelantado. En algunos casos, los pasajes habían sido pagados con seis meses de antelación.

A pesar de que el acusado les cobró el dinero y les entregó documentos que justificaban la reserva, el dinero jamás entró en las compañías emisoras de los billetes. La Fiscalía considera que el acusado se apropió del dinero entregado causando un gran perjuicio económico a los compradores, que eran en su mayoría personas de bajos recursos económicos y origen humilde que se quedaron sin poder hacer los viajes para poder ver a sus familias. Algunos incluso habían llegado a pagar seis y siete pasajes para «cruzar el charco», como popularmente se llama a los vuelos entre España y el continente americano.

De la noche a la mañana, los perjudicados se encontraron con la agencia cerrada a cal y canto y sin que el dueño del negocio respondiera sus llamadas. Algunos de ellos habían llegado a pedir créditos para poder pagarse el viaje. De la noche a la mañana, sus sueños de unas vacaciones en familia se volatilizaron. Pronto corrió el boca a boca para ir avisándose unos a otros de la situación porque muchos de los afectados ni siquiera era consciente de lo que estaba pasando. El juzgado que investigó los hechos contabilizó hasta 162 afectados, pero no se descartaba el que pudiera haber más personas. Los estafados eran tanto viajeros que iban a volar desde España hasta Sudamérica como a la inversa. Colombia, Perú, Brasil, República Dominicana o Ecuador son algunos de los países de origen de los perjudicados.

El empresario fue detenido a los pocos días después de que se empezaran a presentar las primeras denuncias en la Comisaría de Alicante, aunque también se presentaron otras víctimas del presunto fraude en dependencias policiales de Dénia.

Libertad tras el arresto

El acusado rechazó en el juzgado haberse apropiado del dinero y alegó problemas empresariales que le habían abocado al cierre sin poder atender los servicios que le habían contratado. En su escrito de acusación, el Ministerio Público considera que el procesado tuvo ánimo defraudatorio y apropiarse de las cantidades que le habían entregado. La decisión de dejar en su día en libertad al detenido causó gran indignación entre los perjudicados. El juzgado adoptó otras medidas cautelares como la retirada del pasaporte para evitar que huyera del país.

Desde el Ministerio Público se ha valorado especialmente la situación de vulnerabilidad económica de los perjudicados y el hecho de que los viajes contratados no eran tanto unas vacaciones de placer como el poder reunirse con unos familiares con los que hacía meses que no veía. Por este motivo, le acusa de una estafa agravada de productos de primera necesidad.