Investigación

Los acusados por las torturas al hombre de Mallorca sabían que la víctima tiene una discapacidad

Los procesados pararon algunas prácticas ante sus quejas, pero él siguió consintiendo por miedo a "una paliza"

Dos de los sospechosos, rodeados de policías, el miércoles al ser puestos a disposición judicial en Manacor.

Dos de los sospechosos, rodeados de policías, el miércoles al ser puestos a disposición judicial en Manacor. / B. Ramon

Marcos Ollés

Los siete jóvenes acusados de secuestrar y torturar a un hombre con discapacidad en Manacor sabían de su limitación intelectual antes de comenzar el 'concurso'. La víctima explicó a la Policía que informó a los sospechosos de su situación y estos así lo han ratificado, aunque alegan que no conocían qué tipo de discapacidad era y que su comportamiento no les pareció extraño. El perjudicado contó que los acusados suavizaron o detuvieron algunos de los castigos cuando se quejó, pero señaló que decidió "no negarse a cumplir" por miedo a recibir «una paliza""Yo no supe parar y ellos tampoco", afirmó.

El hombre ideó el concurso, prometiendo premios de hasta 3.000 euros, y reclutó a los siete participantes en febrero a través de las redes sociales. Todos se encontraron el viernes por la tarde en una vivienda en Manacor, donde firmaron un contrato y una autorización de la víctima a que le hicieran "todos los cambios y destrozos". Le habían quitado ya la cartera y el móvil. Al no superar las pruebas previstas, le infligieron los castigos, pactados anteriormente según el propio organizador. Lo depilaron, le tatuaron el pecho, le arrojaron agua fría y lo ataron a una silla. El denunciante admite que cuando pidió parar o rechazó alguna de las pruebas lo hicieron e incluso lo abrigaron y ofrecieron llevarle a un hospital porque dijo sentirse mal por el frío, pero lo rechazó.

El sábado lo llevaron a un súper vestido de mujer, le hicieron varios tatuajes más, le pegaron los labios y le cosieron los dedos de los pies. Según dijo, tras estas prácticas quiso detener el concurso, pero la actitud «agresiva» de los participantes, sus gritos e insultos, le atemorizó y decidió continuar por temor a recibir "una paliza".

Ya el domingo por la mañana anunció que daba por finalizado el juego y mostró sus reticencias a pagar a los acusados el dinero pactado. Según la víctima, varios de ellos le amenazaron: "Como no me pagues, te meto una hostia".

Cuando iba a regresar a Palma con dos de los acusadas, avisó a una amiga, que alertó a la Policía.