Netflix desembarca este martes en España como parte de su proceso de expansión. La compañía estadounidense nació en 1997 para vender y alquilar DVD y durante este tiempo se ha convertido en una de las principales distribuidoras de películas y series 'online', con casi 70 millones de suscriptores.

Durante los años posteriores a su lanzamiento, la empresa fundada por los jóvenes Reed Hastings y Marc Randolph crecía sin límites: en 2002 superó el millón de suscriptores, lo que suponía un 88% más que el año anterior. El mismo año Netflix desembarcó en la Bolsa estadounidense, Nasdaq, con una oferta inicial de 5,5 millones de acciones a 15 dólares por acción.

Mientras ampliaba su catálogo y mejoraba su servicio, los números continuaban acompañando a Netflix. Un año después de su salida a Bolsa la empresa contaba con casi 1,5 millones de usuarios y en 2004 superaba los 2,6 millones.

De hecho, en su informe anual de 2004, Netflix anunció un aumento del 86% en sus ingresos, hasta los 506 millones de dólares, en un año en el que Blockbuster, la mayor cadena de viodeoclubes estadounidense, lanzó un nuevo modelo basado en la suscripción.

En el año 2007, Netflix decidió dar un giro a su modelo de negocio y se lanzó al mercado del 'streaming' sin coste adicional para sus suscriptores, que por cada dólar podían disfrutar de una hora de vídeo 'online'deun catálogo compuesto por unas mil películas y series.

La fórmula funcionó y el número de suscriptores continuó creciendo. El ritmo de la empresa se reflejaba en su cotización. Si durante los dos años anteriores sus acciones oscilaban entre los 4 y 5 dólares por título, el rumor en 2010 de que Netflix llegaría a los dispositivos de Apple disparó las acciones, que llegaron a cotizar a 27 dólares. Actualmente cotizan en torno a los 100 dólares.

Sin embargo, no todas las decisiones de Reed Hastings han funcionado tan bien. En 2011 dio un nuevo giro para promocionar la transmisión en 'streaming' y anunció que el servicio de DVD estaría fuera de Netflix y pasaría a llamarse Qwikster.

Además, Hastings decidió subir un 60% el precio del alquiler tanto de DVD como de contenidos digitales, una decisión que no gustó a los usuarios tradicionales. Las acciones de Netflix sufrieron una drástica caída durante los siguientes meses y se desplomaron por debajo de los 10 dólares.

Contenido propio

Ante esta situación, la compañía reconoció una reacción "muy negativa" de sus usuarios y decidió dar marcha atrás. Además preparó un nuevo giro en su modelo de negocio: apostar por la creación de contenido propio para adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.

La primera serie de Netflix fue 'House of Cards', que vio la luz en 2013 y tuvo un gran éxito. A este drama le siguieron 'Orange is the New Black', 'Bloodline', 'Marco Polo' y 'Sense 8'. El éxito de esta apuesta volvió a impulsar su cotización por encima de los 30 dólares.

Internacionalización

Otra de las apuestas claras de Hastings ha sido la expansión internacional. La compañía desembarcó en Canadá y Latinoamérica en 2011 y desde entonces no ha parado de crecer. El primer país europeo en contar con Netflix fue Reino Unido, en 2012.

Tras la llegada de Netflix a Japón, esta semana le toca a España, Italia y Portugal. La compañía parece determinada a continuar su expansión en nuevos países para compensar un incremento menor de lo esperado en los suscriptores estadounidenses y canadienses.