Los seguidores de la serie The Blacklist, protagonizada por James Spader, se han encontrado con una sorpresa que no habían podido imaginar ni en sueños. El coronavirus está impactando en todos las áreas de nuestra vida y afectando a todo tipo de trabajos. A los actores y equipo de trabajo de la serie de NBC les pilló el coronavirus y el confinamiento preventivo en pleno rodaje del último episodio de la temporada 7. Tenían rodado algo más de la mitad del capítulo, pero quedaban muchas escenas pendientes.

Jon Bokenkamp, director, productor y guionista de la serie buscó una fórmula para acabar el capítulo y cerrar la temporada sin poner en riesgo de enfermar a su equipo ni tampoco esperar a que la situación se normalizase. La solución que adoptó fue recurrir a imágenes animadas y el resultado es bastante digno.

Las escenas animadas, encargadas al estudio Proof, tienen una factura semejante al de un storyboard, algo que se explica cuando se investiga un poco sobre el trabajo de esta empresa que ha participado en películas como Fast & Furious 6 o Star Trek Beyond y que se dedica sobre todo a ofrecer servicios de visualización para cine y entretenimiento inmersivo. Esto significa que se encarga de realizar los prototipos visuales de apoyo en los rodajes, los modernos storyboards animados, principlamente sobre de escenas complicadas de acción que requieren uso de efectos especiales. Animación 3D y gráficos por computadora en manos de artistas hábiles y creativos obran el milagro de un final de temporada de The Blacklist inesperado y sorprendente.

El capítulo híbrido de The Blacklist, una obra que, sin duda, pasará a la historia de las series, se emitió en Estados Unidos el viernes 15 de mayo y un día después en España, a través de la plataforma Movistar. Tras la presentación del episodio, titulado Los hermanos Kazanjian, que son los sicarios que simularon el asesinato de Katarina Rostova, entra en escena Liz (la agente Keen del FBI) hablando con su abuelo en coma. Dom se debate entre la vida y la muerte desde el tiroteo en su casa con los enviados por su hija para matarlo en venganza por haber intentado asesinarla hace décadas. Es también la última vez que vemos en la pantalla al actor Brian Dennehy, que falleció el pasado 15 de abril. Así, el capítulo se convierte también en un homenaje a este veterano secundario de larga carrera y talento reconocido.

En medio de la escena y aún sin terminarla, se produce un corte e irrumpen uno a uno, cada uno desde su casa, la mayoría de los actores de la serie para explicar la situación en la que se han visto inmersos y recomendar a los espectadores que se cuiden. Terminadas las explicaciones, se recupera la escena de Liz con el abuelo y es sobre esta donde se produce la primera transición que va de imagen real a imagen animada. La sorpresa del espectador es mayúscula.

A partir de aquí se van intercalando las escenas rodadas con las imágenes animadas en perfecta armonía para construir el relato del episodio. La historia queda una vez más abierta para que en una octava temporada Raymond Reddington continúe desgranando su lista negra de criminales.