Miguel Silvestre, (Madrid, 39 años), un "conseguidor de sueños imposibles sobre ruedas" y exciclista que se quedó a un paso del profesionalismo, se ha olvidado del deporte para hacerse cargo de la frutería de sus padres, de edad avanzada, ahora recluidos en casa hasta que pasen los efectos de una pandemia que "ha venido a despertarnos del capitalismo irracional que nos invade".

El director deportivo de la Pilgrim Race, prueba que une Madrid y Santiago en 7 etapas y gregario del paralímpico Álex Roca, a quien condujo al éxito en la Titan Desert, es un enamorado del deporte, especialmente del ciclismo. Fue corredor de categoría élite, ganó la Vuelta a Salamanca y se quedó a un paso del profesionalismo.

También fue Miguel Silvestre una "rara avis" del deporte del pedal en aquellos tiempos, pues alternaba los entrenamientos con los estudios de Derecho y Políticas "a sabiendas de que nunca lo iba a ejercer".

Sus padres, Miguel Silvestre, originario de Aldeanueva de Atienza (Guadalajara) y Bernarda Iniesta, de Navamorcuende (Toledo), son mayores, 69 y 66 años respectivamente, y desde hace 49 regentan una frutería en el barrio de El Viso (Madrid). Ambos se conocieron en aquellos tiempos cuando él llevaba la fruta a la casa donde ella trabajaba cuidando niños.

Antes de que llegara el estado de alarma y empezara el confinamiento masivo en España, Miguel Silvestre se adelantó a la jugada y planificó junto a su hermano Javier la protección domiciliaria de los padres, "los que han trabajado toda su vida para que nosotros hayamos conseguido todo lo que tenemos".

"Metí a mis padres en casa antes de que el Gobierno lo dijera. Mi madre tuvo un cáncer bastante complicado hace 10 años, que por suerte superó, y ahora está perfecta. Por la edad de ambos, mis padres debían estar en casa".

Miguel tomó el mando en la familia, se puso el maillot de líder y junto a Javier y otros dos empleados (uno de ellos con 35 años de antigüedad en el negocio) conduce la tienda, atendiendo en el local y los repartos a domicilio.

"Hacemos reparto de fruta a domicilio, pero de paso compramos lo que necesitan los clientes, de ahí que hoy, por ejemplo, haya tenido que comprar papel higiénico, pan de molde o detergente".

En la frutería inaugurada en 1936, año del inicio de la Guerra Civil y que permaneció abierta durante la contienda, se presta además un servicio a los vecinos con "la mentalidad de ayudar a la gente, ya que lo de ganar dinero ahora es lo de menos, como el deporte".

"Todo pasa a un tercer plano, lo importante es la salud. Ojalá que el deporte se pueda retomar cuando se pueda; hay que pensar en el aquí y ahora, coger los álbumes de fotos y dar las gracias por lo que hemos vivido".

Miguel Silvestre, quien también dirigió el Reto Pelayo Vida Annapurna Bike 2018, se muestra afectado sobre todo "porque está muriendo mucha gente, los que han levantado este país y fallecen solos. Yo he vivido feliz, pero a los mayores les debemos mucho y mueren en la soledad, sin recompensa".

"El coronavirus ha venido a despertarnos del capitalismo irracional, de las tonterías del materialismo. El mensaje debe llenarnos de humildad, ha venido a humanizar la tierra, hay que valorar lo que significa salir a pasear. Ahora se valora más que nunca el trabajo de los sanitarios, de la Policía...".

Miguel Silvestre, sin maillot y con el mandil de tendero, afirma que nos encontramos en un momento de "aquí y ahora, ya que es absurdo prever nada a un mes vista; es un momento histórico que traerá muchos cambios".

"A nuestros abuelos les mandaron a la guerra y a nosotros a casa", concluye Miguel Silvestre, un conseguidor de sueños imposibles.