Orihuela volverá a sonar a música celestial

La restauración del órgano de la Catedral del Salvador y Santa María de Orihuela va llegando a su fin casi un año después de que comenzara un arduo trabajo de revitalización a fondo tras más de 100 años sin que se hiciera nada más allá de afinaciones y pequeñas reparaciones en esta joya del barroco.

En palabras de José Antonio Gea, deán del Cabildo Catedral y actual párroco de la Iglesia de la Inmaculada de Torrevieja, "lo que hemos hecho es increíble: sacar los secretos [las piezas más grandes que sujetan todos los tubos y distribuyen el aire] del siglo XVIII por primera vez, porque hasta ahora solo se habían realizado pequeños apaños después de su último lavado de cara en 1920".

Así, describe el proceso como "una aventura" en la que ha ido conociendo "la misión de cada pieza", ya que "se ha desmontado entero y se ha ido limpiando tubo por tubo", y tiene 3.080. Antes se tuvieron que desmontar, clasificar y estudiar para luego abordar la restauración de la tubería antigua y colocar los fuelles nuevos de un instrumento que tiene más de 72 registros, cadereta y gran trompetería de batalla.

En las tripas del órgano de la Catedral de Orihuela (junio 2023)

Ver galería

"Es una obra de arte del siglo XVIII realizado por Nicolás Salanova en 1733, que es como decir un Stradivarius", continúa Gea, que destaca que "es precioso por su techo pintado con simbología de la Virgen de Monserrate y por su caja o mueble, pero realmente lo es por la maquinaria". "Es como un edificio de dos plantas lleno de tubos", comenta del que se considera el mejor instrumento musical de la provincia y una pieza de gran valor artístico y patrimonial.

"Uno de los máximos exponentes de los órganos del territorio nacional", según la resolución de la Generalitat, por la que se otorgaba una subvención de 90.000 euros para comenzar estas labores. "Más que una catedral con órgano es un órgano que tiene una catedral", dijo Ramón Cano, urbanista del Cabildo, cuando arrancó la restauración.

Ya se ha limpiado el polvo de la caja, a la vez que se han revisado fisuras y anidamientos de insectos. También se ha actuado en la consola, la parte que se puede considerar como el cerebro del órgano, donde se encuentran los teclados y tiradores que hacen sonar los diferentes juegos o registros sonoros, y se ha hecho respetando su mecánica original, así como la de las reducciones y varillajes.

En este proceso, que se puede seguir a través de la página de Facebook "Órgano de la Catedral de Orihuela", se ha recuperado la configuración del primitivo órgano barroco, sustituyendo el moderno pedalero por las "pisas" originales, que accionan los tubos de los registros más graves y los juegos de percusión.

También se han colocado cuatro fuelles nuevos, el teclado y los secretos. De esta forma, el aspecto que presenta ahora es el armazón sin los tubos, que están a la espera de instalar la tubería de metal, que se realizará en junio o julio.

En el taller

Gea ha ido hasta Landete, un municipio de Cuenca, donde se encuentra el taller que ha restaurado los 3.080 tubos de madera, que se han inventariado en cajas. El Cabildo tardó dos años en encontrar al organero perfecto, encontrándolo en Frédéric Desmottes, al frente desde hace más de 30 años de una empresa de restauración, que ha reconstruido la parte instrumental afrontando las dificultades que se planteaban por las grandes dimensiones y el deterioro de las piezas.

Financiación

Pero aún faltan 145.000 euros, sin contar con la subvención de 50.000 euros que contemplan los nuevos presupuestos municipales, para completar los 400.000 que cuesta la restauración, que cuenta con el respaldo del Obispado, el Cabildo y Caja Rural Central. Incluyendo los 90.000 de conselleria, se han logrado 255.000 con la realización de mercadillos y conciertos y sobre todo gracias a la campaña "Apadrina un tubo", en la que han participado 275 particulares, 25 empresas y 30 instituciones y cofradías.

"También hemos pedido colaboración a la Diputación", explica Gea, que añade que si no se llega a la cantidad necesaria se pedirá un préstamo. "Pondremos una placa con el nombre de cada participante, porque debe quedar para la historia", prosigue Gea, que agradece la labor de Santiago Casanova, que ha evitado un deterioro mayor al tocar el órgano desde que empezó a ir a la catedral en los años 50. Desde entonces, cada día ha subido y bajado los 25 peldaños de la escalera de caracol para interpretar las notas musicales. Hijo del organista del Seminario y después de Monserrate y Santiago, comenzó su aventura con tan solo 10 años, practicando y aprendiendo sobre la marcha.  

"Vamos a conseguirlo en menos de dos años", celebra Gea, que avanza que habrá un concierto inaugural en diciembre o enero. Será entonces cuando se aprecie todo su esplendor sonando a música celestial.