La princesa Mako de Japón contrajo matrimonio la mañana de este martes con Kei Komuro, excompañero universitario, tras tres años de retraso y de polémica por una disputa financiera de la madre del novio. "El registro del matrimonio ha sido entregado en el ayuntamiento por un oficial de la Agencia sobre las 10.00 (1.00 GMT) de este martes", confirmó a Efe un portavoz de la Agencia Imperial sobre la boda civil y sin formalismos de la ya exprincesa.

Al casarse con un plebeyo y como estipula la ley que rige la Casa Imperial japonesa, Mako abandona la familia imperial nipona y pasa a llamarse Mako Komuro. Mako ha salido de su palacio de residencia poco después de las 10.00 de la hora local, vestida con un clásico vestido de color azul claro y collar de perlas, y ha sido despedida por sus padres, Fumihito y Kiko, los príncipes herederos Akishino, así como su hermana menor Kako. En unas horas Mako y su ya esposo Kei celebrarán una rueda de prensa ante los medios donde responderán por escrito a las preguntas de los periodistas que han sido entregadas por anticipado.

El enlace ha puesto de nuevo el foco en las constricciones que afectan a las mujeres en la familia imperial nipona, en la que los varones son los únicos que tienen derechos sucesorios al Trono de Crisantemo y que pueden casarse con plebeyas sin perder su estatus. El intenso escrutinio mediático y las críticas de determinados sectores sociales contra Mako y su esposo han causado, además, que la princesa padezca un síndrome de estrés postraumático, según anunció la Agencia Imperial a comienzos de mes.